miércoles
Los niños y sus dudas
El otro día estaba mi hijo de nueve años viendo un concurso de baile en la televisión, mientras yo trasteaba algún documento en el ordenador. Mi atención de repente se desvía ante un comentario que hizo, textualmente dijo: "qué pervertido es ese cámara, está enfocando las tetas de la concursante". No supe qué decir porque no esperaba tal comentario. Primero me dejó sorprendido el uso de esa palabra, nunca se la había escuchado y segundo, qué era exactamente lo que él entendía por pervertido y qué sentido de la moral le había llevado a juzgar el comportamiento del cámara. Como no supe qué decir, hice lo que a veces hacemos los padres, esconder la cabeza cual avestruz.
Al día siguiente, en un ataque de lucidez decidí preguntarle sobre el tema. Reaccionó con naturalidad y me explicó qué básicamente no sabía muy bien el significado de esa palabra (aunque la había usado adecuadamente). Más tranquilo y ya embalado me tiro el siguiente farol: "si tenéis alguna duda sobre sexo, preguntadme lo que queráis, prefiero resolver yo vuestras dudas mejor que vuestros amigos." Ni corta ni perezosa, su hermana espeta: "papá, yo siempre he tenido una duda y quisiera preguntártela". Con la mosca detrás de la oreja digo: "adelante, ¿qué quieres saber? Ella, con toda su ingenuidad dispara: papá ¿para qué sirven los preservativos de sabores? Yo quería que la tierra me tragase.
Foto: Música y Más.
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