sábado

Comodidad

Pues volvamos a hablar de gallumbos. Resulta que a uno le gustan los susodichos, cómodos y sufriditos (como decían en una película), pero sobre todo que se ajusten correctamente y no esté saltando libremente lo que tiene que estar sujeto. Así que dispuesto a gastarte una buena pasta en el bienestar personal compruebo lo mucho que ha avanzado la técnica, de algodón, de lycra, mixto, en fin una amplia gama de texturas. Sin costuras, bóxers, slips, la repera. Como es normal, no dejan que te los pruebes, no deben conocer calzoncillos otro cuerpo que no sea el propio de su dueño.
Finalmente compro unos que son ajustables, sin hilos que marquen, suaves, una gozada.
Cuando llego a casa, me los pruebo y compruebo que eran mi talla, a veces es imposible adivinarla porque vienen en cuarenta nacionalidades, además ¿quién se sabe su talla de gallumbos? Empiezo a moverme contento de mi compra, porque eran seis (tiré la casa por la ventana) cuando noto un pinchazo extraño en la cintura por la parte de la espalda, joder qué será esto. A lo mejor un hilito suelto. No le hago caso y noto esta vez muchos pinchazos en la misma zona. Vaya, esto hay que revisarlo. Lo miro y compruebo con horror una súper etiqueta cosida con hilo de nylon que dice: "Centro de oportunidades de El Corte Inglés". Mucha comodidad, mucha moda, mucha tecnología y ¿para qué?

Aquí unos maromos demostrando lo cómodos que son sus calzones.