No deja de sorprenderme la capacidad oportunista de los políticos para desviar la atención de lo que realmente es importante hacia lo que ellos quieren en cada momento. No es que hablar del acceso a la función pública docente no sea algo importante, sino que mira que han tenido tiempo para plantearse algo como esto en los últimos años, para venir a hacerlo en el último minuto de la legislatura.
Quitando esto, que se hable de cómo se accede a trabajar en algo tan importante como la educación de los ciudadanos de un país me parece realmente beneficioso para todos. Está claro que el sistema actual no satisface las necesidades de lo que los retos educativos demandan. Es excesivamente teórico y se centra muy poco en lo que realmente importa que es el como uno resuelve los numerosos problemas que en el aula se pueden plantear. Además prima demasiado la experiencia previa, por lo que los alumnos más brillantes de las facultades prefieren plantearse otras alternativas por encontrarse cerradas las puertas de la docencia ante interinos con algún tiempo de servicio.
Si ahora se va a primar la excelencia, la motivación y la capacidad de actuar en el día a día en las clases, bienvenido sea. En Inglaterra, este tipo de meritoriaje funciona muy bien y realmente prepara a los que quieren ser maestros.