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Duelen mucho más las injusticias y los crímenes si de hacen usando como excusa el logro de la libertad o el quitarse de encima la opresión de un enemigo.
Desde luego que el pueblo camboyano no tuvo mucha suerte con este individuo, acusado de acabar con más de un millón y medio de personas (casi la cuarta parte de la población). De apariencia amable y hospitalaria, usó su ejército de los "jemeres rojos" para torturar, ajusticiar o deportar a todo el que se pusiera por delante o no.
Cientos de cráneos se agolpan en el museo de Tuol Slang para que los visitantes no puedan nunca olvidar lo que el tiempo con su impasibilidad irá tapando poco a poco.