lunes

Cambiar de vida.


Muchas veces he pensado en lo que sería cambiar de ciudad por causa de un trabajo. No me refiero a viajar varios kilómetros todos los días. Hablo de tener que cambiar de país. Con todo lo que ello envuelve. Cambia de comidas, de costumbres, de clima, de vecinos, de casa...Todo un señor cambio. Aprender otro idioma. Imagínate que tienes que desplazarte a Alemania. Yo tendría que rechazar dicho trabajo por desconocimiento del idioma. Aunque, ahora que lo pienso, muchos partieron hacia allí en los sesenta y no tenían ni idea de hablar en alemán.
¿Estaría yo dispuesta a ir a otro país a trabajar? ¿Trasladar a mi familia conmigo? ¿Cambiar la vida de todos ellos y de los que se quedan? No.
Si el trabajo fuera el estar disponible para viajar en cualquier momento me pasaría lo mismo. Creo que pocas personas estarían dispuestas o capacitadas para hacerlo. Móntate en un avión cada dos por tres. No.
Y es que es tan difícil cuando ya tienes montado tu hogar aquí. Tu familia, tus amigos, tu casa, tu gastronomía, tu todo...No podría irme. Y no sé qué ocurriría si mi pareja me viniera un día diciendo que le han ofrecido un trabajo en otro país.
Foto del Flickr. Autor: Silvia de Luque.

A Nueva York, de compras


No sé ustedes pero desde hace unas semanas no dejo de ver anuncios en mi ciudad promocionando las compras en NYC. Esto, si pasa en Barcelona, Madrid o incluso Sevilla, no me extrañaría lo más mínimo, pero aquí, en una humilde y mediana ciudad famosa por sus índices de desempleo la verdad, que chirría.
La respuesta a lo que pasa la he leído en un diario nacional, los viajes para hacer compras en la Gran Manzana por parte de españoles se han multiplicado por diez.¡Qué bien, qué buenos somos! Hemos pasado del bienvenido Mr. Marshall al esperad que os compramos la Estatua de la Libertad. Y como nuevos ricos que somos queremos comprar hasta Tiffany,s si hace falta, será por dinero. Crisis, ¿qué crisis? como decía Supertramp, en España no hay miseria, nos vamos a comprar Ipod,s a Nueva York porque allí valen un 30% menos. No lo digo yo, lo dice El País, esta es la compra más repetida en los viajes a USA por parte de nuestros compatriotas. Qué más da que el viaje cueste un pico con lo que ha subido el petróleo y la satisfacción de poder decir: mira que MP3 me he comprado en pleno Manhattan, me costó sólo 120 dólares.
Somos de lo que no hay, ni siquiera a tener dinero hemos aprendido.
Foto: Waltseq (Flickr)