miércoles

Sombras


Sola y sentada frente al ordenador, con la única compañía de las sombras que se mueven a mi alrededor, noto que ha llegado el fin. Desde que me he sentado aquí no paro de verlas. Son ellos y vienen a por mí.
Sé que mientras escriba estoy salvada. Mi cuerpo duele de tanto miedo. Mi corazón va a estallar por cómo palpita de fuerte. Las sombras, al principio casi leves, se van haciendo cada vez más poderosas. No tienen recato alguno. Moriré en breve, el tiempo de publicar este post, y sin embargo todavía tengo tantas cosas que vivir que no es justo. ¿Por qué vienen a por mí? ¿Acaso mi imaginación es más poderosa que la de otra persona?
No quiero irme sin deciros que he sido feliz y que, si sirve de consuelo, me voy sin sufrir mucho. O eso espero.
Ya están jugando con mi pelo. Me acarician y noto cómo mis ideas me abandonan. Son ahora de ellas, de las sombras...Cerraré los ojos, no tengo fuerzas para luchar y volveré siendo una de ellas: ávida de las ideas de los demás.
Dolor en pecho que me quema.