Esta película de 1982 pasa por ser una de las mejores interpretaciones de Julie Andrews (sí, la de Mary Poppins), en la que explota no sólo su faceta musical, sino también la cómica y la dramática.
Blake Edwards hace que la historia te atrape desde el principio. Los toques sutiles, los equívocos dado que se aborda la homosexualidad masculina desde un punto de vista amable, convierten a Vïctor /Victoria en una de las más deliciosas comedias musicales que haya visto.
La música, cómo no, de Henry Mancini, jazz puro, o mejor, hot jazz, es también una protagonista más.
Para que todo sea redondo, el reparto se completa con un Robert Preston inconmensurable, al final de sus días. Grandioso el último número que protagoniza.
Descubrí en los títulos de crédito que hubo una anterior realizada por la UFA en Alemania, lo que me hizo comprender porqué el film tiene todo el tiempo ese aire tan alemán, aunque la acción tenga lugar en París.
Ya tenéis plan para el fin de semana: Víctor o Victoria.