El último ha sido Bisbal, pero no ha sido el único. Antes, gente como Pitingo, Sanz y un largo etcétera han presentado sus, llamémosles discos serios con arreglos jazzísticos. ¿Pero qué pasa? ¿Creen que una mala canción envuelta en armonías de swing mejora? Pues no es viejo lo de que aunque la mona se vista de seda... Uno empieza a estar un poco harto de encontrarse a tipos como estos en la tele diciendo que es su disco más maduro, que representa un paso significativo en su carrera etc. Se creen que por cantar en los teatros, llevar un contrabajista y un pianista son Tony Benett. Ya saben, estimados y queridos imitadores de Luis Miguel, conviertan su Ave María particular en una canción seria, díganle a su casa de discos que contraten a un arreglista que haga lo que pueda por salvar las tres notas que componen su hit y ahora encima créanse que han hecho una obra de arte.
Menos mal, que como dice un amigo al menos da de comer a los jazzistas. Les dejo con uno que sí sabe lo que se hace.