martes

Leopoldo de Bélgica


Este angelito que vivó al final del XIX está considerado hoy como uno de los grandes criminales de la historia de la humanidad. Resulta que él solito se adjudicó la propiedad de un país entero (La República del Congo), aprovechando los excesos colonialistas de la época. Claro que fue más allá y decidió enriquecerse a costa de los recursos naturales de tan extensa propiedad y de la mano de obra gratuita que sus habitantes se vieron obligados a prestar.
Lo que los europeos hemos hecho en Africa no tiene nombre, bueno sí, pero causa sonrojo sólo pronunciarlo. Y todavía en nuestra política exterior actuamos con un gran paternalismo, cuando la enfermedad de ellos se la causó el virus de nuestro egoísmo y avaricia.
Pues eso, este caballerete que posa tan naturalmente, se cargó a más de doce millones de congoleños por no trabajar lo suficiente. Conrad retrata los excesos del colonialismo en su célebre novela y no es casualidad que la situara en el Congo.
Encima murió de viejo.