Hoy parece que es festivo. No se escucha casi ningún ruido del exterior, Marta, mi vecina del piso de al lado, debe haberse quedado dormida. Siempre que me ducho escucho su radio. Cada vez hacen los pisos con ladrillos más finos. A ella le gusta estar en el baño oyendo noticias mientras se prepara para salir a la jungla que es esta ciudad. Trabaja en una televisión local y necesita ir ya informada de todo lo que ha pasado mientras ha estado durmiendo. Ella es de las que duermen. Los hay de los que duermen, de los que gimen y luego duermen… Pero ella sólo duerme. Quizás ayer estuvo en alguna fiesta y se ha cogido hoy el día libre.
Mientras mi cuerpo recibe miles de gotas de agua que lo limpian de cualquier resto de la noche anterior, empiezo a recordar parte de ese sueño macabro e infernal. Nunca o casi nunca recuerdo nada de ellos. Anoche que tuve uno malo ya es mala suerte que tenga que recordarlo. A lo mejor os ha pasado que estáis en un lugar o haciendo algo y creéis que ya os ha sucedido antes, que ya habéis vivido esa situación. Ahora mismo me está ocurriendo. Estoy sintiendo el mareo de saber que algo extraño me va a suceder, algo que ya he vivido o creído vivir. Empiezo a ver como por trozos, parte de mi aventura nocturna vivida bajo el sopor que da la ingesta casi masiva de alcohol.
En el sueño aparece mi casa,mi baño,una resaca de mil demonios que no conseguiría eliminar en tiempo fugaz ni con el conjuro mejor guardado de ningún mago.Pero hay algo en ese sueño que lo está haciendo muy escalofriante, y creo adivinar lo que es.Es el silencio que existe dentro de mi casa y fuera de ella.
ESTE RELATO CORTO CONTINUARA...
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