Dicen que la única diferencia entre un hombre y un niño es el precio de sus juguetes. Algo de verdad hay en ello. Suelo visitar un rastro dominical en el que me gusta encontrar objetos inútiles y sobre todo, radios antiguas. Tengo varias en casa, unas las he comprado y otras son regalos de amigos. Andaba detrás de un transistor, de esos que sólo tienen onda media y corta, con su fundita de piel y que funcione. Pues el otro día vi este Sanyo, arrumbado en un montón.
Pregunté sin mucha covicción y me pidieron veinte euros. Tras el obligado regateo por doce me lo traje. Pero qué buena sorpresa, funciona pefectamente y su aspecto después de un repasito es flamante. Al final resultó ser del año 1960, cerca de cincuenta años de historia.
5 comentarios:
que bonita!!!!
Buena afición la tuya, doy fé de ello ya que en alguna ocasión nos hemos encontrado en el rastrillo.
Siempre me han gustado todo tipo de aparatos antuguos, radios, cámaras de fotos, gramófonos...que me encuentro por el rastro, aunque pensaba que sus precios eran bastante más elevados. Mmmmm, la próxima vez ya sé dónde dirigirme.
muy bonita! oye, digo yo que si un día vas a Marrakech.... que tiemblen los comerciantes, no? jejeje...:P
que tiempos aquellos en que las cosa se hacían para durar
Ahora se descomponen y a comprar una nueva
Saludos
Está muy chula, aunque supongo que necesitarás bastante espacio en casa para las radios.
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