miércoles

El grito


Hay momentos de mi vida en los que me apetecería gritar y gritar. Gritar hasta quedarme afónica. Si así consiguiera que cambiaran las cosas. Si así consiguiera hacer cambiar de opinión a varias personas. Personas que yo quiero mucho o incluso nada. Pero que no me escuchan. Cosa que me cabrea enormemente. Porque hay veces que no hace falta hablar para que te escuchen. Quien te quiere o te valora te conoce. No necesita que le pongas migas de pan en el camino para que te siga. No pretende que tú comulgues con ruedas de molino cuando estás hastiada de tanto molino.
Hay veces en las que me gustaría vestir y sentirme como un demonio. Mover mi cuerpo al son de la música más siniestra. Con mis ojos hipnotizar a buenos y tontos. Devorarlos con mis manos y comerlos con mis ojos.


Sí, hay momentos de mi vida en los que no quisiera ser Agata. Daría mis ojos por ser otra persona y tener la mente despejada. Sin embargo, tengo momentos de lucidez dentro de la locura y vuelvo a ser yo. Aunque le duelan.

Espero que os gusten los Red Hot Chili Peppers...Son mis diablos favoritos.

1 comentario:

Alfonso Saborido dijo...

Ummm, a mí gritar no me relaja. Gritar por gritar. Levantar la voz sí, no puedo evitarlo, pero supongo que le pasa a todo el mundo jj. Sigue siendo como eres. No previsible. Porque si eres previsible , qué aburrimiento :)