jueves

El eterno penúltimo


Se acercan fechas en las que nos proponemos empezar el año nuevo haciendo lo que no hacíamos antes o no haciendo lo que ya hacíamos. Nuestros pulmones escupen nicotina por doquier, los michelines nos estorban más que antes, nuestros hábitos se nos vuelven en contra y queremos poner remedio. Siempre está el día 1 de enero de cualquier año para ponernos la meta (a veces tremenda y desesperada) de ser diferentes a como éramos un día antes.
He descubierto que la palabra penúltimo tiene un significado más profundo del que yo creía. El penúltimo no es el anterior al último. Es la palabra que excusa y nos acusa de que no vamos a cumplir ningún cometido prometido. De nada me sirve que me digas que te vas a fumar el penúltimo cigarrillo si sé que eso significa que nunca te fumarás el último. Somos personas, no héroes. Nadie promete algo y lo cumple sin un coste. No me gustan las promesas porque nunca se cumplen. Me gustan los hechos porque son los que seguro que se han cumplido. Así que antes de decir que vas a hacer algo por última vez, para un minuto y te lo piensas.
Por eso sé que el eterno penúltimo será siempre eterno. Y por eso sé que éste será mi penúltimo post.

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