Cada vez me cuesta más tratar con las personas.
No puedo soportar que se quejen tanto. Que griten tan alto. Que huelan mal. Que intenten relacionarse conmigo a base de gestos o de palabras. Que intenten ser mis amigos cuando no tengo ninguna intención de llamarlas por teléfono.
Cada día es un suplicio intentar ser simpática, amable, educada. Todos los días la misma historia. Levantarme e ir a mi trabajo me duele tanto como aguantar la respiración más de un minuto.
No soporto a las personas.
Cada vez me cuesta más escucharlas. Verlas. Olerlas. Tocarlas.
Pero no comerlas.
Sin embargo tengo que ponerme a dieta. Esta insoportable levedad de mi ser me está volviendo más ansiosa y no paro de "picar" a cada momento.
Alguna vez me daré cuenta de que no habrá nadie a quien odiar porque yo... seré por fin feliz.
1 comentario:
Pero tú a mí me quieres, no ? :s
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