miércoles

¿Alguien me ayuda?


Ya sabéis, porque soy una pesada, que me han regalado una bicicleta antigua y me la han arreglado. Una de las cosas que le pusieron fue una cesta. Me viene bien porque para llevar alguna cosa siempre resulta útil. El caso es que probé la bicicleta un día. Y a la vuelta a casa noté que la cesta se movía para un lado. Era un fastidio porque entre que llevaba años sin montar en bici y el vaivén de dicho artículo tenía todas las papeletas para caerme. Al día siguiente iba a ir a un centro comercial a terminar de hacer regalos navideños y me acordé del problema. Se intentó hacer un remedio casero para ir, ya que no disponía yo de llave inglesa tan ancha. En dicho centro comercial hay un taller de coches y alguien me comentó: "Pásate por el taller y como eres tía seguro que te hacen el arreglo sin protestar". Reconozco que me hizo gracia el comentario. En otra ocasión la puerta de mi coche se descuadró un poco por el efecto del fuerte viento. Pasé por un taller y dos mecánicos se apresuraron a ayudarme. Un "meneo"a la puerta y se volvió a encajar. Como soy muy agradecida les pregunté si les debía algo. Por supuesto que no me cobraron nada:"Que va, señorita, si esto no es nada"...Agradecí lo de señorita y me fui a la cafetería de al lado y les dejé pagado el desayuno a los dos. No sé si hubiera sido igual si el problema lo hubiera tenido un hombre...
Bueno, volviendo al tema bici, me monto y llegué al centro comercial entera de pura chiripa...La cesta iba bailando por bulerías mientras yo pedaleaba y hacía equilibrios. Antes de entrar a hacer las compras me fui al taller. Entre varios coches vi a alguien con un mono de trabajo agachado...Y le pedí por favor que me dejara una llave inglesa ancha en el caso de que la tuviera...Cuando conseguí ver era UNA MECÁNICA CON UNA MELENA Y LOS LABIOS PINTADOS DE ROJO...jajajajaja...Tenía la llave y me apretó la cesta que no se mueve ni a tiros. Luego llegó el compañero y preguntó si había algún problema y tenía él que apretar algo..."No hijo, no hace falta, aquí tu compi ya me ayudó"...
Foto del flickr cuyo autor es: alefiestas.

martes

Desordenada Habitación

Canción del último disco de Nacha Pop. Tema escrito por Antonio Vega. Como solía ocurrir, los asuntos trascendentes y las letras profundas las componía Antonio. Nacho (el otro alma mater de los Nacha) escribía las canciones alegres y desenfadadas. Juntos eran el mejor grupo que ha dado nuestro país en mucho tiempo.
Desde los primeros ochenta, hasta el último de sus días como grupo los he seguido con fervor. Me enganchó "una décima de segundo", "chica de ayer", "vístete" y toda la gran colección de títulos que dio. No llegué nunca a oirlos en directo, dicen que no eran gran cosa, pero sus discos están a años luz de lo que hoy hacen grupos del mismo estilo. Eran unos maestros.
Pero la entrada se la quería dedicar a esta canción. Un portento de sensibilidad y mensaje. Uno de los mejores poemas musicados que he paladeado. Antonio, tantas veces menospreciado; es hoy afortunadamente reconocido como lo que de verdad quiere ser: un trovador del siglo XXI. Os dejo la letra y una versión de la canción que hicieron hace unos años el tristemente fallecido Enrique Urquijo de los Secretos y el mismo Antonio.
Finalmente, la versión original que grabaron los Nacha Pop.


Despierta ya, mira que luz
Nada envidia el norte al sur
Recuérdame que lo de ayer, no se olvida sin querer
Eramos uno y uno y luego dos,
Mas cerca cada vez de un sueño sin adiós
Desordenada habitación
Son tu calor, hacerte el amor
Mis miedos y la pasión
Tanto soñar, con esa flor mezcla de sol y temporal
El doble filo de un amor real, actores sin guión
Un mundo teatral, función sin hora de empezar
Deja el frío y entra en calor, y lo oscuro deje paso al color
No me canso nunca de hablar, porque vivo en el silencio mas total
Diez años antes era igual
Eramos uno y uno y luego dos,
Más cerca cada vez de un sueño sin adiós
Desordenada habitación,
Hay algo mas, recuérdame que hay que ordenar la habitación.

lunes

Básculas.


Creo que ahora puede ser el momento idóneo para hablar de dichos artefactos, artilugios, artículos de pura tortura psicológica. Sí, las básculas. Ay, mamá. Qué miedo le entra a uno cuando va a pesarse a la farmacia de turno. Para colmo, las hacen grandes y voluminosas. Con lucecitas que se encienden nada más te montas en ella. Con sonidos de naves espaciales. Lo de los sonidos es por si alguien no te ha visto montarte, pues los escuchan y se vuelven para ver cómo sufres al subirte. La ranura para echar la moneda está puesta de manera que tengas que forzar los ojos para usarla. Es pequeñita y escondida, como con lo que pensó el tío que diseñó dicho elemento. Lo siento, eso no lo ha diseñado ninguna chica. Nosotras no hubiéramos puesto una báscula gigante, sería discreta. No hubiéramos metido sonidos del espacio, tendría una frase susurrante que dijera "No tengas miedo, súbete que verás que no has ganado peso". No la pondríamos en un lugar como una farmacia, donde van todo tipo de personas y de todas las edades. Y donde el farmacéutico o farmacéutica tuviera cara de caducar pronto ni oliera a Betadine. La pondríamos en el confesionario de una iglesia. Que es donde nunca voy.
Peor de ir a pesarse a dicho local "de moda" es tener una báscula en casa. Eso es una tortura física y psicológica. Yo tengo una debajo de la cama. Cómo mierda va a tener una sueños bonitos teniendo una cosa cuadrada y blanca debajo mía que parece que me habla y todo:"Pésate mañana, chata". La madre que trajo el día que la compré. Cuando me preguntan si me he pesado hace poco, me entra algo en la piel que me pone los vellos de punta y hace que me salga urticaria en sitios insospechados. "Mañana, mañana me peso". Y me puedo tirar como dos semanas o más sin subirme a la báscula. Que no. Que hoy no porque tengo una cena y según lo que pese no voy a comer a gusto. Que después tampoco porque ya habré ido a la cena y será peor...Mierda, no creía yo que un aparato que sirve sólo para pesar diera tanto que hablar. Que a nadie se le ocurra pesarse hasta febrero por lo menos...Resumiendo, prefiero pesar de más a pesar de menos. Siempre dentro de un control y sin nada de transtornos alimenticios. Lo mejor, disfrutar de la vida sin excesos.
Foto del Flickr de Censored Elephant.

sábado

Ya vienen los Reyes Magos



Esta entrada va dedicada a mi amigo PPO, que seguramente la leerá cuando ya haya pasado el seis de enero. Supongo que todos sabéis que en esta fecha en España celebramos la fiesta más entrañable que existe en el calendario religioso. Durante toda la infancia crecemos con la idea de que tres Reyes vienen una vez al año a nuestra casa, si hemos sido buenos, y nos traen aquellas cosas que más deseamos. Es curioso pero siempre aciertan. La noche anterior hay que acostarse prontito y por la mañana, la magia una vez más se ha hecho realidad.
Como imaginaréis una cosa así marca de por vida. Nadie quiere desengañarse, todos queremos creer en los Reyes porque todos queremos seguir siendo aquellos niños que se levantan con la ilusión de ver cumplidos sus sueños.
Si un día perdemos esto, dejamos de lado un poco de nosotros mismos y el precio se paga. Es por ello por lo que creo que cuanto más maduros somos, más ilusión volvemos a tener. ¿Quién no ha querido ser alguna vez el paje que acompaña a Sus Majestades?
¿Quién en el fondo no quiere despertar de esta bonita ilusión?
Da igual si eres o no creyente, traspasa a las religiones. Os juro que yo una vez, vi a Baltasar (mi Rey) en su camello, debajo de la ventana de mi casa, y era él, no un hombre disfrazado, os lo prometo.
Buena noche de Reyes para todos.

viernes

Hace veinte años.

En octubre o noviembre de 1987. ¡El siglo pasado!!!!!!. Es una tontería pero disfruté como una enana. Yo estudiaba en un instituto de aquí llamado Coloma. Una compañera mía, que estudió conmigo antes en un colegio de monjas (Hijas de San José...), estaba montando un desfile de modelos. Con lo que recaudáramos creo que íbamos de viaje de fin de curso. Yo me apuntaba a ayudar pero no iba a las excursiones. Incluso las fiestas que hacíamos en el mismo instituto ahí estaba yo para vender los tickets para las bebidas...Qué tiempos...
Carmina (mi amiga) me apuntó. Yo no estaba segura pero me dije ¿por qué no?. El desfile se iba a realizar en un antiguo cine de la ciudad reconvertido en sala de fiestas, en el Ribas. Antes los castings se iban a desarrollar allí...Ja,ja...Mi primer( y único) casting. Nos poníamos por grupos de 7 u 8, chicos y chicas, y música. Nos subíamos al escenario y a intentar hacer lo que cada uno pudiera...A mí me cogieron, claro mi amiga es mi amiga. Lo que no sé es cómo no salimos con los ojos morados o con un vendaje en las manos porque allí chocábamos unos con otros . No sé, parece que lo estoy viendo ahora mismo. Qué risa. Nada, me cogieron y ensayamos un par de veces. Mi pase(por no decir mi número de circo) era con dos chicos: Carlos y David. Un rubio y un moreno. Con la canción de Dire Straits "Money for nothing"(1984) ...Me gustó desde un principio. Primero salía yo en los primeros acordes...Ellos, uno a cada lado estáticos. Y cuando la canción se animaba yo pasaba por su lado y los tocaba para que se movieran...Mi vestido de lana tonos cazuelas y largos. Ellos muy guapos y originales: con falda pantalón...Sí, el pase era de ropa de Agatha Ruiz de la Prada...Quién iba a decir que luego la "muchacha"se iba a forrar...Recuerdo que nos maquillaron y peinaron muy bien. Fueron amigos y el que hoy es mi marido a verme. No me reconocían...Mi peinado era una media melena rizada por la nuca y una coleta que me tiñeron de rubio platino. Ja,ja...Una morena azabache con una coleta tan amarilla. Estaba deseando llegar a casa para "cortarme" la coleta y que no la viera mi padre. Hoy cuando pienso en ello o escucho la canción no tengo más remedio que sentir añoranza y rabia por no tener una sola foto de ello. Lo que yo daría porque alguien me apareciera con una...En fin, por lo menos me queda la canción...

jueves

Chocolate


Hace tiempo que quiero escribir sobre el chocolate, el que se come, no seáis mal pensados. Cuando era pequeño comía chocolate en bocadillos o en crema (recuerdo muy bien aún el sabor del Pralín). Sin embargo, si no lo probaba tampoco pasaba nada. No era un alimento que me dislocara. Prefería mil veces comer una "carmela" (por aquí conocemos así a un bollo suizo relleno de crema pastelera).
Pero de unos años acá, mi relación con el chocolate ha cambiado. Para empezar me gusta menos dulce. Cada vez lo prefiero más amargo y puro. Para seguir, necesito comerlo todos los días. Es como una adicción, y os aseguro que no estoy privado de nada que tenga que ser sustituido por este manjar.
Prefiero comer chocolate que no tenga aditamentos, ni almendras, ni frutos secos, ni sabores extraños. Dicen que el consumo del "otro oro negro" se ha disparado en España y que cada vez importamos más cacao. Chocolate, chocolate, es pronunciar la palabra y se me hace agua la boca. En fin, que una tableta bien merece una entrada, al menos para daros envidia, porque como supondréis, mientras escribo esto, estoy degustando un par de onzas de un chocolate purísimo, delicado y con el toque de amargor justo. Desde hoy instauro un nuevo sabor primario además del dulce, salado, ácido y amargo; el sabor chocolate.
"Hot chocolate" como no podía ser de otro modo.

Foto de ojos de serpiente.

miércoles

Diálogo de besugos.


La otra mañana llevé a mis hijos al colegio. Siempre, a no ser que esté diluviando, vamos andando. Vivimos muy cerca, a unos cinco minutos caminando. El caso es que hay dos edificios de colegio, uno en una acera y el otro en la del frente. En uno están todos los alumnos de infantil(3 a 6 años) y en el otro primaria. Los míos están ya en primaria. Yo ya he optado por no cabrearme. Y ahora sabréis el motivo. Hay padres y abuelos que dejan sus coches encima de la acera, o en segunda fila, o paran el coche justo en la puerta del colegio y esperan a que los niños se bajen y entren al edificio con el consiguiente pitido general de coches que tiene detrás. Lo de dejar el coche encima de la acera no creáis que lo hace uno o dos padres, la acera parece un escaparate de un concesionario de coches. Si yo tuviera que ir con una silla de ruedas o con un carrito de bebé, me las vería muy difícil para llegar a la puerta del colegio. Porque es horrible, y porque, casualmente la acera que está libre de coches está llena de mierda de perro...
Pero esa mañana fue para morirse el diálogo de besugos que tuve que escuchar mientras miraba yo entrar a mis niños a su edificio. Dos padres "montan" sus coches encima de la acera. Uno al lado del otro. Cuando uno de ellos abre la puerta roza, o eso dice el dueño del otro, al coche de al lado. Se bajan los dos de los coches, cada uno con un niño de tres años de la mano y empieza el diálogo:
-Mira la puerta...le has dado al abrir la tuya.
-Yo no le he dado.
-Mira(y le señala un rayón imaginario porque el otro sigue sin ver nada)
-Te digo que no le he dado, cojones.
-Me tienes harto, coño. Siempre tienes que aparcar al lado mío, y siempre que te bajas del coche parece que le vas a dar a la puerta.
-Pero no le doy.
-Hoy sí le has dado.
-Ojú qué tío más coñazo. Que no le he dado, imbécil.
-Imbécil...imbécil...imbécil...Imbécil tú.
-Anda por ahí...
-Y tú también...
Y cada uno, que lleva a su hijo de la mano, se dirigen a la puerta del colegio como si tal cosa. Me pregunto qué pasara por la cabecita de dichos niños( me refiero a los de tres años) cuando ven pelear a sus padres entre sí, cuando dicen palabrotas delante de ellos, cuando se faltan al respeto... ¿Querrán sus padres que ellos sean así de mayores? Probablemente lo sean, pobrecitos.
Foto del Flickr, de R. Durán.