miércoles

La insoportable levedad del ser


El título de la pretenciosa novela de Milan Kundera me sirve para reflexionar sobre lo que le ha pasado a Michael Jackson. No, no voy a decir la pena que me da, ni lo bueno que era, hace poco en una entrada hablaba de alguna canción suya que me gustaba.
Sin embargo, lo que de verdad me ha hecho reflexionar son las circunstancias de su muerte. Ahora resulta que el gran divo, el que dormía en una cápsula de oxígeno, tenía que soportar los dolores de sus lesiones provocadas por el baile a base de morfina. Por un lado, qué verdad es que el dolor nos iguala como personas y por otro demuestra el gran engaño que es el negocio de la música. Se crean estrellas, personajes de papel que lejos de ser felices como aparentan, son seres desgraciados llenos de miserias como todos los demás. El precio que pagan por culpa de estas contradicciones es no tener vida o perderla antes de tiempo.
La foto es de IAR y se titula Vida y Muerte.

lunes

La educación marca

Este curso ha sido un muy buen curso para mí. Me siento satisfecho con el trabajo que como grupo hemos hecho en nuestro instituto. Pero no nos conformamos, queremos mucho más. Trabajamos en un entorno muy complejo, con familias llenas de problemas, sin embargo, nuestro esfuerzo es por ellos, por nuestros alumnos.
Hace unos días fue la graduación de los mayores y pude ver la cara de mis compañeros rebosante de felicidad, viendo como chavales que hace unos años les daban dolores de cabeza y muchos sinsabores, hoy nos hacían sentir orgullosos.
Por el camino han quedado algunos y desde luego lucharemos para que nadie quede, pero los momentos del otro día no se me van a olvidar nunca, las bromas, las complicidades y el cariño mutuo. Porque nuestros alumnos no tienen la culpa de haber nacido en un barrio marginal y en una sociedad que les ignora. Ese círculo vicioso debe romperse y cada año lo abrimos más y más.
Por eso digo que la educación marca, pero sobre todo a los que educamos.

sábado

Meñique


Estoy completamente segura que el tema de este post no ha sido aún escrito por nadie del mundo bloguero. Voy a hablar del dedo meñique de nuestro pie derecho. Parece que no. Es una parte de nuestro cuerpo. Si yo no tuviera el dedo meñique de mi pie derecho me preocuparía mucho. Me imagino despertando. Cogiendo la zapatilla. Metiendo mi pie en ella y notando algo raro al andar. No sería lo mismo. No. Mi pie sería feo. Más aún de lo que es un pie. No podría caminar bien. Por lo menos, al principio. Todo el mundo lo notaría. Yo envidiaría a las personas que tienen el meñique en el pie derecho. Y yo ya no sería la misma persona de antes. Estaría deprimida. No escribiría en el blog. No querría ir al trabajo y mucho menos a la piscina o a la playa. Mis zapatos descubiertos los tendría que tirar. Y nadie me querría...porque me entraría la mala uva que hace tiempo que no gasto. Y todo ello lo haría el pequeñito dedo meñique de un pie. Y eso que antes ni siquiera pensaba en él...
(Este post lo hago un domingo por la tarde después de planchar durante más de dos horas y mirando la pila de ropa que tengo que guardar. Así que tengo excusa para la paranoia...digo yo)

jueves

Omeprazol


Hay medicamentos en el siglo XXI que tomamos como si fueran pastillas de goma. Este es uno de ellos. Llevo usándolo bastantes años y siempre me pregunto qué anda mal por mi cabeza para hacer lo que hago. Veamos, esta sustancia elimina la acidez de estómago, vamos que acaba con la el ardor sin usar el bicarbonato.
Sé qué alimentos me la causan, sé también en qué condiciones me va a pasar, pero sé también que puedo hacer todas esas cosas simplemente tomándome una capsulita.
San Omeprazol. El médico dice que es seguro, que lo puedo tomar de por vida sin problemas, pero la verdad, tengo miedo de levantarme un día con la piel verde o siete dedos en cada mano.
La foto (Flickr) es de Janale1

lunes

Cambios(segunda parte)


Los que venís a menudo sabréis la primera parte de este post.
Ahora os quiero decir que me renovaron la semana pasada por otros tres meses. Que estoy contentísima. Que trabajo mucho, pero en lo que me gusta. Que me río mucho con mis compañeros. Y con algunos pacientes. Que hay buen ambiente. Que cuando pido algo, mis jefes me lo dan si es posible. Por ahora siempre es posible. Que soy capaz de trabajar como siempre he hecho. Que soy capaz de todo. Que me han dicho que están contentísimos conmigo. Más contenta estoy yo. Contenta porque después de tantísimos años trabajando para otra empresa, una grande, donde he hablado con mi jefe, el super jefe, en dos ó tres ocasiones...he podido saborear los halagos de alguien para el que trabajo. Nunca. Nunca antes nadie me había dicho nada. Y, una es modesta, pero trabaja desde siempre como una burra. Con responsabilidad y con ganas. Si yo fuera jefa, sería como la mía. Una chica que se toma un café con todos. Que se ríe con todos. Que trabaja como la que más. Y que encima te refuerza positivamente y te intenta hacer la vida laboral lo más amena posible para conciliar la vida familiar. Así da gusto. Y si te dan de vacaciones dos semanas de Agosto, pues mejor que mejor ¿no?
Foto del Flickr. Autor: Pasotrasto.

viernes

Estudios zafios


Leí hace poco otro de esos estudios psicológicos en el que se pretendía demostrar las diferencias entre los hombres y las mujeres heterosexuales a la hora de fijarse en el cuerpo del otro. Resulta que como siempre, los hombres nos fijamos en esas cosas que ya estamos pensando (culos, tetas...) y las mujeres en las manos, los ojos. En fin, de nuevo otra vez el rollo de las princesitas. Ya estoy un poco harto de que se siga manteniendo este mito que en el fondo no hace más que fomentar una idea muy antigua: a las mujeres no debe interesarles la sexualidad, al menos demasiado, porque si no empezamos a ponerles etiquetas tipo ninfomanía y demás.
Ya sé que a muchas chicas les parecerá magnífico porque de alguna manera creen que se encuentran en un nivel intelectual superior. Pero creédme (sobre todo vosotras) alimentar estas falacias es bueno para algunos hombres que pueden justificar su falta de lealtad, su no preocupación por la sexualidad de la otra persona, sus impulsividades e incluso sus delitos (como demuestran algunas sentencias).
En el fondo, esto que hacen ahora los pseudoestudios de los que hablo lleva la iglesia haciéndolo siglos. Ya saben, los hombres se van de putas para desahogarse.
Yo no me creo que una mujer lo primero en lo que se fija de un tío bueno cuando lo ve sean los ojos como no sean los de Paul Newman. ¿Y vosotras, os lo creéis?

La foto(Flickr) es de Web Mic