jueves

Indiana Jones y el templo maldito

Como este año van a estrenar una nueva del famoso profesor Jones, me he propuesto volver a ver la trilogía que narra las aventuras del famoso arqueólogo que adoptó el nombre de su perro. He empezado por la segunda que la tenía menos vista. No voy a contarles el argumento de la misma, porque desde el año 1984 en que se estrenó ha tenido suficiente revisiones y en la blogosfera pueden encontrar todo tipo de anécdotas y curiosidades.
Sí quiero dejarles mis impresiones al revisarla ahora, en el 2008. Recuerdo que al salir del cine cuando la estrenaron, estaba confuso porque no esperaba tal torrente de emociones y aventuras desde el principio. También fue una sorpresa la violencia (hoy día causa risa pensar que esta película fuera considerada violenta, pero tal era nuestra candidez) que se desprendía en algunos fotogramas. En conjunto, el resultado era que querías volver a saber de la vida de Indiana.
Vista hoy, la magia de la trama sigue cautivando, sorprende el gran número de referencias cinéfilas que contiene el film: cine negro clásico americano, películas de género de la Paramount, musicales, cine con trama colonial y así hasta un sinfín de guiños.
Los efectos especiales, lógicamente no son apabullantes, pero destilan el encanto de lo real y no la apariencia virtual de los actuales generados por programas informáticos. Por tanto, son eficaces y no te distraen de la historia.
Por lo demás, Harrison Ford, que no ha sido ni por ahora es para mí un buen actor, cumple su cometido casi sin cambiar su cara en todo el metraje. La chica, Kate Capshaw, hace de rubia con todas las consecuencias y resulta intragable el niño Key Huy Quan (Tapón en la versión española).
Dos horitas de entretenimiento, qué más se puede pedir. Os dejo el trailer.