martes

El caso de las lentejas pardinas

Aunque el título parezca lo contrario, en esta entrada vamos a tratar de un misterio. Un misterio que ha traído de cabeza a muchas personas y es que las lentejas son muy importantes como ya decían nuestras madres: "Cómelas que tienen mucho hierro".
¿Cuál es el problema? En los últimos años muchas personas se han vuelto alérgicas a esta humilde legumbre. Les causa diarreas y problemas estomacales. Parece como si el aumento de nivel de vida hubiera conseguido que nos volvamos más selectivos en lo que comemos. A lo mejor toleramos mejor las proteínas de origen animal o quizá hay un contubernio judeo masónico para extinguir las lentejillas. Pero no, el culpable es "Bruchus lentis" un artrópodo que suele habitar y alimentarse de las susodichas.
Todos recordamos a nuestras abuelas echando las lentejas al agua y apartando las que flotaban porque estaban malas. Eran las que había devorado nuestro bichito y dejado huecas, por tanto no comestibles. Hete aquí que los agricultores encuentran una manera de acabar con el parásito: congelarlo. Así, cuando se recolecta la cosecha, se congela unos segundos y se mata al artrópodo que por consiguiente queda dentro muerto. Y nos lo comemos, y es a este animal al que somos alérgicos. Antes, sin tantos medios podíamos comer lentejas con garantías. Hoy, ni eso.
Un corto sobre lentejas (cómo se aburre la gente):