lunes

Cuidado,hay niños...


Siempre se ha dicho. Los únicos que dicen la verdad son los borrachos y los niños. Y nada más cierto. Lo he comprobado siendo niña y, ahora que no lo soy tanto, escuchando a una niña de unos diez añitos.
Cuando era pequeña recuerdo una vez una bronca que me echó mi madre. Y todo, por decir la verdad. Pero hay veces en que no las puedes decir. Y me explico. Mi madre hablaba mucho con la vecina de al lado. Puerta con puerta. Hablaban de sus cosas, de recetas, de la familia. Todo de pie y en la puerta. Sus charlas duraban pocos minutos. A mí me gustaba estar cerca. Porque M. que era mi vecina, contaba cosas muy chulas. Era la única vecina con carnet de conducir. Era muy moderna para como eran las madres de antes. Pero muy decente. Casada, con hijos. Sabía coser y hacía una ropa estupenda a sus hijas que eran mayores que yo. Ropa que a veces heredaba una servidora. Yo, encantada. Pero una de las veces que mi madre y M. están hablando no sé qué dijo M. que mi madre le decía que sí. Y voy yo, inocente de mí. Como si a mi madre la memoria se le hubiese derretido como un trozo de hielo pensé en rescatarla:"Mamá, si tú decías a eso que no....".Cuando vi la cara con la que me miró supe que había dicho algo que no debía decir. Y mi madre que dice:"No, hija yo dije que si.Además las niñas no se meten en las conversaciones de los mayores"....M. se fue. Que tenía la olla puesta. Y cuando cerró mi madre la puerta me llevé la bronca. Y yo llorando le dije:"Mamá, si tú siempre me pides que diga la verdad"..."Llevas razón hija. Pero a M. no le puedo decir que no me gustaba el traje que se había hecho para la boda de su hermana"...
En fin. Que me quedé un poco liada. No tenía claro cuándo debía decir la verdad. Yo tendría unos 6 ó 7 años.
El caso es que hoy, a la salida del colegio escucho una conversación entre dos niñas de unos 10 años. Siempre me pongo en el mismo lugar a esperar a mis hijos. Al lado del cole hay un edificio de pisos. De él sale siempre la madre de una de ellas con su perrito. Siempre van las dos niñas corriendo a acariciarlo. Más la que no es dueña del perro. Y hoy, antes de que las madres lleguen escucho:
-(Dueña del perro): "Hija, tranquila. Y no molestes más a los mayores"
-(La otra niña): "Sólo quiero acariciar a tu perrito. Además yo no molesto"
-(Dueña del perro): "Sí que molestas, que me lo ha dicho mi madre"
Y la otra chiquilla que se queda a cuadros. No sin antes acariciar al perrito. Que no tiene culpa de nada. Pero la cara de tristeza de ella al irse fue enorme...
Foto del Flickr. Autor: EstudioNinaRana.