martes

Mirar el cielo nocturno


Otro de los placeres que me hacen feliz, aunque no puedo practicarlo tanto como me gustaría es el de observar el cielo nocturno. Muchos pensarán que esto que digo es una tontería, porque no hay nada más vulgar que sacar la cabeza por la ventana y ver el cielo. No me refiero a esas condiciones.
Hoy día es un gran lujo poder ver el cielo nocturno que veíamos cuando éramos pequeños, hace años que no recuerdo percibir la Vía Láctea tal y como si fuera un "espinazo" (Sagan dixit). Si uno sale de la ciudad, como mucho conseguirá ver unas decenas de objetos más de los que ve desde su casa, porque el privilegio del que disfrutaron nuestros abuelos lo hemos vendido a costa de iluminar nuestras ciudades como si fueran verbenas. Toda esa luz sale al exterior y convierte a la cúpula celeste en una especie de nubarrón grisáceo que impide matizar nada.
Sólo pido poder contemplar el cielo sin perturbaciones lumínicas, no me gustan los telescopios, prefiero el ojo que da más visión de conjunto.
Una última reflexión, toda esa luz que que nos tapa el cielo está afectando a muchos animales que necesitan oscuridad para sobrevivir y además es un dispendio energético.
Desgraciadamente, este placer, tiene muchas posibilidades de no hacerse realidad.
La foto pertenece a la web de astrored.com

Artefactos jugueteros efímeros que nos sorprendían


Es verdad que a día de hoy es muy difícil que un niño se quede boquiabierto con juguetes de los que teníamos nosotros. No obstante, estoy seguro de que algunos de ellos podrían tener cierto éxito. Repasaré varios en futuras entradas, pero hoy quiero recordar con nostalgia un tocadiscos de miniatura que si mal no recuerdo venía en algunos yogures.
El disco era de plástico blando y el microsurco se leía con una aguja que estaba inserta en un brazo de cartón que a su vez actuaba como resonador. Por supuesto, no había nada electrónico ni iba a pilas, las vueltas al disco se daban con la fuerza motriz de la mano. Lo que se oía a través de aquello no tenía ninguna calidad, pero nos dejaba alucinados por un rato.
No he encontrado ninguna imagen de esa reliquia, desgraciadamente.