lunes

Mi primer "mate"


No de baloncesto, sino de infusión de yerba mate. Gracias a una muy buena amiga, he tenido mi primera experiencia con esta bebida originaria de Sudamérica. Siempre he sido un adicto a las infusiones así que ella, sin yo saber nada en una visita a su país (Argentina) se acordó de mí y me trajo de regalo un "matecito" muy coqueto y especial.
Después de leer algunas instrucciones por la blogosfera me doy cuenta, que como todo placer requiere una técnica y una serie de precauciones (dejar un poco de yerba seca arriba, respetar la temperatura...)
Me compré un paquete de Taragüi y empecé el ritual. Mi primera sensación es la de sorpresa porque esperaba un sabor más amargo. No le había echado azúcar porque me gustan las infusiones sin edulcorar. Es suave y engancha bien al paladar, me recuerda al sabor del buen tabaco, incluso en algunos sorbos me estimula las papilas receptoras del dulce. Conforme cebo el mate, algunos tragos son más amargos y muestran todo su sabor al completo. Finalmente y después de varios rellenados el sabor empieza a desvanecerse y me dice que es hora de finalizar.
Mientras escribo esto, aún queda un regusto en la lengua que se parece al regaliz, permanece largo tiempo y resulta agradable.
Lo mejor de todo es que como todo lo complejo en esta vida, estoy convencido de que poco a poco el mate me va a ir enganchando cada vez más. Ha sido un buen comienzo pero lo que se adivina es mejor aún, sobre todo cuando vaya perfeccionando su preparación.
¡Va por ti patagónica amiga, que muy pronto vamos a tomarnos uno juntos!