miércoles

La reserva (II)

Viene de aquí

Aunque no podía levantar la cabeza, adiviné el pijama verde de un enfermero empujando la camilla vacía y sustituyéndola por otra con huésped. A media voz, la que mis fuerzas me permitían, pregunté que qué me pasaba. Sólo tuve como respuesta un leve susurro: "descanse". Pero ¿qué hago aquí? ¿por qué no me siento enfermo? "Tranquilo, tendrá todas las respuestas". El pijama verde salió cerrando la puerta de la habitación y me quedé de nuevo ensimismado en mis anhelos.
-Al menos tengo compañía, pensé. Pero antes de irse, el enfermero había corrido la cortina que separaban ambas camillas.
-Intentaré hablar con quien esté al otro lado.
Pero nada ni nadie me respondía. Sólo se oía el respirador y una leve queja, sorda, testigo de un sufrimiento insoportable.