sábado

Tiempo






Empezó a repartir tiempo del suyo. Algo muy escaso en ese momento. Quería ser buena persona y se dispuso a ayudar.
Le regaló sus tardes al voluntariado en la planta de oncología infantil.
Le regaló los veinte minutos de cola de la frutería a la señora del quinto.
Le regaló más de una hora de buscar aparcamiento al hermano de su dentista.
Le regaló las cuatro horas de espera en la sala de urgencias a la encantadora señorita que le sonrió.
Le regaló un tiempo valioso a los hijos de su amiga para que aprendieran la tabla del 9.
Le regaló minutos de oro a todo el que lo deseaba.
Todo a cambio de nada.
Cuando ya casi no le quedaba tiempo le dio un abrazo a su amiga, esa que necesitaba tiempo para despedirse de sus hijos antes de que su enfermedad se la llevara.

"Toma, mi último tiempo te lo regalo. Yo no tengo a nadie para despedirme y tus hijos recordarán siempre el tiempo de más contigo" le dijo con la cara más triste que había visto en su vida.

Llegó su momento, ese en que te quedas sin tiempo, y se apagó para ser metido en una urna común. Donde iban todos los que se desconectaban para siempre.
Ahora entiendo el dicho aquél de que LOS BUENOS SIEMPRE SE VAN ANTES.
Es porque se quedan sin tiempo.

(Foto Agata)