martes

Cómo reconocer a un/a maleducado/a.


Cuando ocupan la plaza de aparcamiento reservada para minusválidos.
Cuando van andando y tiran la bolsa de patatas vacía al suelo.
Cuando conducen y tiran el paquete de tabaco vacío a la carretera.
Cuando sacan sus perros a dar un paseo y dejan la acera que da asco.
Cuando entran en cualquier lugar y viendo que hay personas haciendo cola,ellos se
cuelan.
Cuando dejan sus motos o coches aparcados en cualquier sitio y no dejan pasar a las
madres con sus cochecitos,a los minusválidos con sus sillas ni a nadie más.
Cuando ponen de vuelta y media a cualquier empleado de cualquier tienda porque
se equivocan al darles el cambio.
Cuando insultan a cualquier camarero por traerle un poco frío el café.
Cuando van sentados en el autobús y no ceden el asiento a embarazadas y personas
mayores...
En fin, porque tienen que hacer lo que a ellos les dé la gana y cuando les dé la
gana y de la manera que les da la gana. Ojalá con sus hijos se porten así.

Una sonrisa


Es muy agradable ver a alguien que sonríe.Y mucho más cuando tú eres el destinatario de esa sonrisa.
No cuesta nada de trabajo hacerlo.Probadlo.Cuando hablas con alguien y ves que sonríe,su cara cambia.Parece mucho más dulce,más cercana,más amable.Te puede decir que te queda aún media hora de espera en una consulta,que si lo hace con una sonrisa es seguro que se va a pasar volando dicho tiempo.Es mucho mejor ver a la gente sonriendo que protestando por todo.Alguna que otra vez vas conduciendo y ves que algunos conductores se desesperan,te pitan e insultan por no salir del semáforo en una milésima de segundo.No me importa,a veces les sonrío.Creo que los dejo un poco "tocados" porque no se lo esperan.Pero no me cuesta nada.A ellos les puede costar una úlcera de estómago.A mí me hace feliz.Y cuando me sonríe alguien me siento aún mejor.Gracias por las sonrisas,yo regalo muchas.

Llegar a casa después de las vacaciones


Ya, ya sé que me vais a llamar aguafiestas, pero a mí me encanta llegar a "micasa" después de las vacaciones. A tu sitio, a tu rincón, al lugar que una semana después ya vuelves a odiar, pero que cuando abandonas por unos dias echas de menos de forma inesperada.
El sillón que se hunde en la posición que más te acomoda, el olor de las paredes que habitas, la luz a la que te acostumbraste... todo se echa de menos. Y no es que no disfrute viajando, pero he descubierto que lo que más me gusta de los viajes es la vuelta.
La foto es de Gushigueruela y la he conseguido en Flickr