viernes

No quiero ser como tú.


A todas las personas maltratadas por su pareja. En este caso, ficticio, es una mujer. Pero hay muchos hombres...


No, no quiero ser como tú. Un miserable que se levanta por la mañana con ganas de joderme la vida. No quiero. Quiero levantarme con ganas de vivir.
No quiero ser como tú, ese monstruo que usa sus garras para dejármelas señaladas en zonas de mi cuerpo que nadie ve. Para eso eres muy listo...Para otras cosas un imbécil. Yo quiero dejar señalado el cuerpo de besos y abrazos a todo el mundo que me quiera. Que tengo cariño para dar a espuertas.
Tampoco quiero insultar. Quedarme paralizada del horror cuando de tu boca salen sapos y culebras envenenados. Sentirme anulada y que tú te sientas más importante que yo. Ser importante no es decirme que soy una mierda, no es decirme que no valgo para nada, no es decirme que sólo tú ganas el dinero y tienes derecho a decir que aquí se hace lo que te salga de los cojones. No es obligarme a mantener relaciones contigo cuando me das asco y miedo. Cuando mi alma sufre los dolores de la tortura. Quiero amar a quien me ama.
No quiero que mis hijos vean lo que me haces, escuchen lo que me dices, crean que esas cosas son normales. No quiero que sean futuros maltratadores o futuros maltratados. Quiero que se parezcan a mí. Quiero que cuando sean mayores sean mejores personas que tú. Que amen, que respeten, que mimen, que escuchen, que sonrían, que sean felices...
Ahí te quedas. Es por ellos y, sobretodo, por mí que te dejo esta carta. Te he denunciado, bastardo. Basta ya de tanta historia paralela. Una, la que ven los demás. Otra la que sufro yo. Nada ni nadie me garantiza que las palizas que me das no me van a matar. Ni sé si empezarás a golpear a mis hijos. Yo valgo mucho más que tú, degenerado. Y debo cuidar a mis hijos como tú nunca has hecho. Por ellos voy a salir adelante. Ahora me queda limpiarme las últimas lágrimas que estoy echando mientras escribo esto. Porque yo te amé. Quizás más de lo que debieras y merecieras. Fuera lágrimas. Tengo el coraje suficiente para buscar ayuda, trabajo, estabilidad, un nuevo hogar. Que no todo el mundo está equivocado, como tú me hacías ver. Que la familia y amigos están ahí, para lo bueno y lo malo. Aunque eso es lo mismo que nos dijo el cura. Yo te tuve a ti sólo para lo malo. Púdrete bien. Ya por dentro lo has conseguido. Hasta aquí me llega el olor putrefacto de tus miserias...
LLAMA AL 016. SI TE MALTRATAN O SI SABES DE QUIEN LO HACE O LO SUFRE.
Foto del Flickr. Autor: jungledrumsonline.