domingo

La chica de la cámara

De siempre le gustó sacar fotografías a todo lo interesante que veía.Tantos momentos felices, el vuelo de un pájaro, el perro que saltaba de alegría al ver a su dueño, un coche antiguo que circulara por la ciudad, un concierto espontáneo en plena calle...todo ello y más era digno de ser fotografiado.
Nadie se explicaba la destreza, la habilidad y el estar ahí justo en el momento en que todo pasaba para poder hacer la fotografía.
Un día, entrada la noche, decidió pasear por el paseo marítimo. Quería fotografiar la luna reflejada en el mar frío. No lo vio venir. Ni siquiera lo escuchó. Lo único que sintió fue como la tiró a la arena y cómo empezó a rasgarle la ropa. El pánico no la dejaba gritar. Sus ojos se abrieron más de lo normal. Su retina captó la imagen de su asesino poco antes de hacer con ella todo lo que le vino en gana. El monstruo sólo quiso su cuerpo y no su bolso.
La policía pudo cogerle al día siguiente: sus fotografías estaban aún frescas en el bolso de la chica de la cámara. Una cámara que nunca encontraron porque...eran sus propios ojos los que enfocaban, encuadraban, fotografiaban todo lo que a ella le parecía interesante sólo con parpadear. Y era en su bolso donde aparecía el resultado de esa habilidad tan especial. Esa noche pestañeó hasta que el último hilo de vida se escapaba por sus pupilas. Su bolso estaba cargado con cientos de fotografías del monstruo que acabó con ella, pero que afortunadamente no acabará con más mujeres.