jueves

Pobre de la Lola.


La otra noche salimos. Fuimos primero al cine y luego a tomarnos una copa. El sitio, del sitio ya hablaré en otra ocasión. Una preciosidad.
El caso es que justo cuando me estoy bajando de la vespa y mi chico se apresura a poner el "candao" escuchamos una conversación telefónica. Os pongo en situación. Justo delante de donde aparcamos está la entrada de un bar de copas. Tres porteros están situados en la puerta. Tres porteros "cuellicortos". Vamos, que cuando repartieron los cuellos ellos estaban dormidos. Vestidos todos de negro. Traje chaqueta negro. Camisa negra. Corbata negra. Abrigo negro...
Uno de ellos está teniendo una conversación telefónica por el móvil y escuchamos lo siguiente: "Yo estaría encantado de tener a Lola bajo mis sábanas. Pero se tiene que dar prisa. Yo no voy a esperar a que se decida Lola ni ninguna otra. La primera que caiga, cayó..." Todo ello hablado como si arrastrara las sílabas. Encantado de conocerse. Acompañado de un jajajajaja todavía más arrastrado. Tonto culo, llevaba los zapatos sin limpiar. Tanta ropa negra cuando no llegas ni a la suela del zapato tuyo para limpiarlo. Pobre de la Lola como tenga que "bregar" contigo, chaval. Lo malo es que ese "ganado" abunda mucho en la noche. Es muy fácil salir sola y volver sola. Porque más vale sola que mal acompañada...¿no?.
Foto del Flickr. Autor: Jorge Miente.