martes

Acuarios

Desde pequeño siento fascinación por los acuarios. Recuerdo una zapatería a la que mi madre me llevaba que tenía un gran acuario en el escaparate y me pasaba horas y horas viendo los peces, las plantas con la boca abierta.
Como ya sabéis, los hombres somos niños con cuerpos crecidos y comencé a tener acuarios en casa cuando pude permitírmelo. Aprendí mucho antes, para tener sólo especies compatible entre sí y con el agua y clima de mi ciudad. Terminé dedicándome a una especie muy concreta, los cíclidos, que son los peces con más personalidad que conozco.
Encontré un mundo apasionante y descubrí que son animales mucho más interesantes de lo que parecen. Unos crían a su prole en la boca, otros defienden sus cardúmenes con tesón y firmeza, en fin que la variedad es infinita.
Hoy sólo conservo un tanque pequeñito en el que conviven dos escalares y que mata mi gusanillo. Cuando sea un viejete libre de obligaciones, a buen seguro volveré a mi antigua afición. Mientras tanto me conformaré con lo que tengo.
En el vídeo unos Kribensis protegiendo a su prole.