domingo

Servicio técnico

Hay cosas que ir a comprarlas da un cierto palo. Por ejemplo una tapa de váter. Pero la compras, a fin de cuentas, todos tenemos una en nuestro baño y a todos se nos puede romper. Así que paseas tu magnífica tapa por todo el Carrefour, mientras los demás la miran como diciendo: la mía es mejor, o ¿dónde vas con eso pringao?
En fin, que uno lo hace y ya está. Lo que no puede ser es que tengas que volver al hiper a realizar una devolución de la misma porque te ha salido defectuosa. Vamos que se agrietó por todos lados, y en mi casa todos somos delgaditos y no bailamos una sevillana encima del inodoro.
Cuando llego al departamento de devoluciones, después de esperar una buena cola con el "aparato" bajo el brazo, la chica del mostrador me pide que vaya a bazar. Una vez allí y tras aguantar algunas miradas más, una empleada me dice que espere que lo tiene que consultar. Al rato, comenta que su jefe le ha dicho que estas cosas no tienen devolución. Normal, pienso, pero me fijo en que en la caja dice que tiene dos años de garantía. ¡Ja! me la tiene que cambiar, dan dos años, le digo. Vuelve a consultar y al poco me dice que su jefe no está de acuerdo porque dentro de la caja no hay ninguna dirección de servicio técnico. Me quedo mirándola con cara de "pasmao" y entre risas casi chillo: " ¿servicio técnico de tapas de váter? " No puedo describir el color de su cara, pero sólo os digo que yo tengo una tapa nueva. Aunque media ciudad ha visto en qué me apoyaré mientras mi cuerpo se alivia.


viernes

Orzowei

Cuando era pequeña, las series eran menos y por lo tanto "dejaban huella". Una de ellas era Orzowei. No sé si algunos de los que pasan por aquí recordará siquiera la sintonía. No tiene desperdicio. Yo recuerdo que la veía sin mucha fascinación pero no sin poca asiduidad. Tampoco le hacía ascos, amos. Es lo que había cuando la tele sólo tenía dos canales y no había mando a distancia...Sí, hubo un tiempo en los que te tenías que levantar para cambiar de canal. Afortunadamente había poco donde cambiar y el "pare" de familia era el encargado de decidir qué se veía...
En fin. Que lo que yo veía de pequeña y no tenía efectos "secundarios" en mí, ahora sí los tiene. Y si no...dar al play.

No recordaba yo al Orzowei así...Ahora me parece poco creíble que un tío "escuchimizao" y blanco como la leche sobreviviera en plena selva y con esa panda de tribu extraña. Pero para extraña la cara del Orzowei...tiene "mandanga"...jo.

miércoles

Pol Pot


Duelen mucho más las injusticias y los crímenes si de hacen usando como excusa el logro de la libertad o el quitarse de encima la opresión de un enemigo.
Desde luego que el pueblo camboyano no tuvo mucha suerte con este individuo, acusado de acabar con más de un millón y medio de personas (casi la cuarta parte de la población). De apariencia amable y hospitalaria, usó su ejército de los "jemeres rojos" para torturar, ajusticiar o deportar a todo el que se pusiera por delante o no.
Cientos de cráneos se agolpan en el museo de Tuol Slang para que los visitantes no puedan nunca olvidar lo que el tiempo con su impasibilidad irá tapando poco a poco.

lunes

Siguiente blog.


No puedo contenerme cada cierto tiempo. Arriba en el blog hay un apartado que pone SIGUIENTE BLOG y de vez en cuando lo "pico"...Lo que encuentro, a veces, me sorprendo. Hay blogs de todo el mundo. En idiomas que no entiendo ni entenderé nunca. Qué más me da. En algunos, sus fotos me fascinan. En otros, la temática: ME MATA.
Sí, hay gente friki por todos los rincones del planeta. A mí no me molestan los frikis. Son una tribu que respetan a todos los demás. Y que son felices creyendo o viviendo de manera diferente a la nuestra. Su manera de vestir es indescriptible...
Sí, hay "gente pa tó". Como decía un torero...
Lo que me pone con los vellos de punta es cuando la temática del blog es una pareja. Lo ponen todo. Desde que se conocieron hasta que ella queda embarazada. Salen todos sus amigos, familiares, vecinos, mascotas. Fotografían su casa. Empapelan el cuarto del futuro bebé. Sacan fotos de la "agrietada" barriga de la futura mamá. Que lleva incrustada una sonrisa artificial en el cuerpo embarazado. Alguna vez daré con uno donde vemos a la futura mamá haciendo pis en el cuarto de baño que será de color rosa y con la tapa del water de peluche...og.
Lo malo es cuando en todo el proceso entra de lleno la temporada de Navidad. Vemos entonces al futuro papá (que parece embarazado también) con gorrito de Papá Noel. Al perro mascota peleando con un hueso al lado del árbol de Navidad. A los abuelitos delante del pavo relleno...
Sí, las cosas que uno descubre pulsando una tecla pueden hacer que tenga pesadillas para el resto del mes...
Foto del Flickr.Autor: Pipe.

sábado

Mi doscaballos


No soy un fanático de los coches, ya sabéis que el vehículo más querido por mí es la vespa. Pero uno no puede olvidar cual fue el primer cuatro ruedas que condujo. En mi caso fue un Citroen 2 CV amarillo plátano con su capota y todo. Le echaba quinientas pesetas de las de antes y tenía para andar con él más de dos semanas. Los asientos más duros que una montura de caballo, las marchas arriba, en el salpicadero, los cristales con esa abertura tan particular. Conducirlo era casi una aventura, en las curvas todo el chásis se volcaba y uno creía que se estrellaba.
El maletero minúsculo y esos faros ojos de hormiga.
Uno como el de arriba me acompañó en las correrías de juventud.
El doscaballos era irrepetible, siempre será mi coche.

jueves

Vagabundo en África


Llevaba años intentando leer este libro, pero por una u otra razón nunca había podido hasta ahora. El porqué de este deseo no sé explicarlo muy bien, quizás sea que el título me resulta atrayente o que el género de la literatura de viajes me apasiona. El caso es que por fin le "hinqué el diente" y ha sido un placer inmenso descubrir al Sr Reverte. No sólo no me ha defraudado, sino que he descubierto una manera muy original de contar los viajes: mezclar lo que sucede en un lugar, con la historia de ese sitio. Reverte, lo hace así y resulta ameno. Además ayuda a comprender la idiosincrasia de las culturas que visita.
En este libro, hace un recorrido por el sur de África para buscar el Río Congo y de esta manera revivir la historia que Conrad cuenta en El corazón de las tinieblas.
Me ha gustado tanto, que he empezado sin descanso con otro de su trilogía africana.
Os invito a que lo degustéis, hacía mucho tiempo que no me sentía un niño leyendo un libro.

martes

Ultima vez


Nadie ni nada nos avisa de cuándo es la última vez que uno ve a alguien en su vida. Incluso hay veces que te resulta imposible saber cuándo fue esa última vez.
No sólo me refiero a cuando muere alguien. Y ya no tienes oportunidad de verlo. También me refiero a cuando ya esa persona no se va a cruzar contigo en ningún sitio. Ni en una tienda, ni en una calle, ni en el autobús, ni en la consulta del médico. Cuando es una antigua compañera del colegio, por ejemplo. Me pongo a pensar y recapacito...Sí, la última vez que la vi fue en la fiesta de fin de curso de octavo de E.G.B. En el patio del colegio. Ya no volví a verte. Ni a saber de ti. No. No sé cómo te va en la vida. Si eres madre o no. Si trabajas o no. Incluso si vives o no...Yo no sabía que ese era el último día que te veía. Si lo hubiéramos sabido, no lo hubiéramos entendido. No. Eramos sólo crías. Y una cría no sabe que su compañera de tantos años de estudio y de juegos va a "desaparecer" como por arte de magia. No entiende del paso del tiempo, ni de sus efectos devastadores en algunos casos. No. No sabemos cuándo es la última vez que se ve a alguien. Aunque ese alguien tampoco sepa que te vio ese día por última vez. Quién sabe. Lo mismo ella si te ha visto sin que tú te dieras cuenta. Sólo espero que la vida te haya tratado bien. Como a mí.
Foto del Flickr.Autor: dezeta.

domingo

Laudate dominum

Vale, vale, seguid leyendo que no os vais a arrepentir. Incitaros a oir una pieza sacra de Mozart quizás no sea lo más atrayente del mundo, pero si os digo que el otro día conseguí que veinticinco chavales de 14 años no sólo la oyeran hasta el final sino que además aplaudieran al final, a lo mejor os convenzo.
Si hay alguna obra que me transporte casi al nirvana, el Laudate de Mozart, es una de ellas. Tiene un efecto hipnótico, perfecto para relajar.

viernes

Millonésima vez.


Abrió lentamente los ojos. Notaba que le pesaban. Hacía calor, gotas de sudor le corrían por la frente.
Parpadeó para ver mejor. Se notaba relajada a pesar de no recordar mucho. Se había quedado dormida en el suelo. Lo sabía ahora porque fue lo primero que vio. La noche había sido movida. Mucha pasión. Una prueba de ello fueron las copas de vino que habían en la mesa. No encontraba la botella.
Seguía sin moverse. No le apetecía. Se encontraba bien así. No recordaba tener un collar de esmeraldas. No. Ella no se lo podía permitir. Y él nunca le regaló algo así. Pero divisó esmeraldas esparcidas por el suelo...De diferentes tamaños. Alguna estaba manchada de vino. Del color de la pasión. El rojo. Seguro que en el deseo de la noche se le rompió el collar cayendo al suelo. Qué importaba eso ahora. Nada.
Se quedó dormida. Estaba cansada. Tremendamente cansada.
Cuando despertó al cabo de las horas, recordó.
Las gotas de sudor no eran tales. Eran gotas de sangre. De una herida en la cabeza. No recordaba nada al principio por el golpe en la cabeza. La noche había sido movida, pero no por la pasión del amor. Fue por la pasión del odio. La botella no la veía porque fue con lo que él la atacó al principio. Se la rompió en la cabeza. Las esmeraldas que ella veía eran trozos de la misma botella que cayeron al suelo. Nada de manchadas por el vino. Era su propia sangre. No podía moverse. La paliza que él le dio fue mala, tanto que estaba tirada en el suelo tetrapléjica y ella todavía no lo sabía. Fue entonces cuando despertó. Despertó y empezó a vivir su siguiente pesadilla: la de la vida en silla de ruedas. Si es que alguien se daba cuenta de que estaba allí, tirada en el salón de una casa de campo en las afueras de la ciudad. Totalmente incomunicada. Sola. Y todo porque él, por millonésima vez le pidió perdón con una cena romántica en un sitio romántico. Y ella lo perdonó.Por millonésima vez.
Foto del Flickr. Autor: Alfredo Lietor.

martes

Querido Antonio

No nos conocimos personalmente, pero formaste parte de mi vida durante muchos años. Mis años de adolescencia empezaron con los acordes de "Una décima de segundo". La vida da muchas vueltas, y aquello que antes me parecía de calidad, hoy no añoro. Pero tus canciones, tus pensamientos y tus anhelos aún siguen vivos en mi corazón. Aunque algunas cadenas de radio se empeñen en mancillar tu legado machacando el "chica de ayer" como si fuera un himno.
No te comprendimos, o sí. Eras ese chico triste y solitario, tu primo aparentaba lo contrario. Juntos habéis creado una memoria musical que perdurará mucho tiempo.
Querido Antonio, cuando he sabido de tu muerte me he sentido, de repente, en deuda contigo. "Mi lucha de gigantes" ya se pasó, pero como decía otra de vuestras canciones, "siempre hay un nuevo plan".

lunes

Coche rojo.


Hace tiempo,en el otro trabajo, quedé en la salida del mismo con una antigua compañera. Hacía tiempo que no la veía y tenía unas ganas inmensas de verla. Me llevé toda la mañana, en el puesto de trabajo, pensando en la de cosas que le diría. Todos los chismes. Todas las últimas noticias del trabajo. Le preguntaría por sus hijos. Ella haría lo mismo con los míos. Ya que los vio nacer...
La mañana se me hacía interminable. Jo. Siete horas esperando. Nada. Que por fin se acercan las tres de la tarde. Una gozada. Nos iríamos a comer solas. Todo por delante. Nada de cocinar ni de recoger la mesa ni la cocina. Ella me dijo que estaría esperándome fuera. En el coche. No le apetecía entrar allí a buscarme. Ya que había trabajado allí y no tenía ganas de saludar a ciertas personas...
Nada, P. Yo me salgo de allí y ya nos vemos. Ella me recogería en su coche. Quilla...que no sé de qué color es tu coche. Rojo. Vale.
Las tres y cinco de la tarde. Salgo de allí pitando. Bajo las escaleras como una loca y me meto en el coche rojo. Le zampo dos besos y le digo que dónde vamos a ir a comer...
Me veo a un tío con cara de "pasmao" y con los ojos que se le van a salir de las órbitas. Me había equivocado. Entré en el primer coche rojo que había sin darme cuenta de que no era el de ella. Era el del marido de otra chica que salía de trabajar y que me miró con ojos de loca cuando yo salí del coche de su esposo no sin antes ver con horror cómo yo le daba los dos besos equivocados...
Cuando por fin divisé el coche de mi amiga entré y sin besos ni nada le dije: SAL CORRIENDO DE AQUÍ...QUE ME PEGAN.
Foto del Flickr.Autor: Vagamundos.

sábado

Monumento a Álvaro Domecq (Jerez)


¿Dónde si no se le ocurriría a alguien hacer una escultura ecuestre que no sea en mi "pueblo"? Destila "lo mejor" de su idiosincrasia, a caballo y con el sombrero cordobés. ¡Fuera tópicos!
Y yo lo tengo que rodear varias veces al día, ¡porca miseria!

jueves

Angel de la guarda.


Sí. Siempre lo he pensado. Que tengo un ángel de la guarda que me acompaña. Cuando era pequeña no sabía quién era. Ahora creo que es mi padre.
Cuando era muy pequeña, quizás con cuatro o cinco años como mucho, vivía en casa de mis abuelos. Mis padres estaban en Alemania. Ellos vivían cerca de un barranco. Y me fui a dar una vuelta con amigos. Con tan mala suerte que me quedé literalmente colgada del borde. Suerte la mía que pasaban unos niños mayores que me tendieron una mano y consiguieron sacarme de allí. Los metros que separaban el borde del final del mismo eran muchos. Demasiados. Y suerte que mis abuelos no se enteraron. Ni por la forma mala ni por la buena.
Luego he notado situaciones en las que una milésima de segundo era suficiente para estar ahora aquí o no. Fui a Lisboa, la primera vez, a solas con mi chico. Y fui a dar un paso para cruzar la calle cuando un autobús (en Lisboa van con las puertas abiertas y a una velocidad de infarto) pasó delante de mí. Mi chico tiró de mí en el momento justo.
En verano, cuando estaba con mis abuelos de pequeña, íbamos a casa de unos tíos míos. Tenían una piscina. No era muy profunda. Pero no sé qué pasó que de repente empecé a tragar agua. Logré de salir de allí a duras penas. Mis tíos no se explicaban qué me sucedió para que yo no quisiera meterme más. Sólo entraron en la casa un par de minutos. Dejándome sola. Y entonces me sucedió. Cuando entraron me vieron fuera de la piscina tosiendo. Les dije que no pasaba nada. Sólo que tenía tos.
Otra vez, hice la idiota justo frente de mi casa. Me subí a un muro. Con una altura de dos o tres metros. Cayendo como una imbécil de espaldas.
También crucé la carretera de mi casa para ir por chuches a la tienda sin mirar si venía un coche. El coche frenó a tiempo. Compré las chuches y al volver todavía estaba allí el coche. Tal fue el susto del conductor que no pudo volver a arrancar hasta pasados varios minutos.
Uno de la plazoleta me tiró un pelote en la sien. Con una fuerza inmensa, que me hizo caer. Raro es que no me hiciera una brecha. O me dejara lista de papeles.
También me atropelló una bicicleta dejándome tirada en la calle dolorida...
Jorrrr....Me estoy dando cuenta que fui una niña un poco loca. Y eso que creía que era modosita.
Foto del Flickr. Autor: MILINTO C.

martes

Leopoldo de Bélgica


Este angelito que vivó al final del XIX está considerado hoy como uno de los grandes criminales de la historia de la humanidad. Resulta que él solito se adjudicó la propiedad de un país entero (La República del Congo), aprovechando los excesos colonialistas de la época. Claro que fue más allá y decidió enriquecerse a costa de los recursos naturales de tan extensa propiedad y de la mano de obra gratuita que sus habitantes se vieron obligados a prestar.
Lo que los europeos hemos hecho en Africa no tiene nombre, bueno sí, pero causa sonrojo sólo pronunciarlo. Y todavía en nuestra política exterior actuamos con un gran paternalismo, cuando la enfermedad de ellos se la causó el virus de nuestro egoísmo y avaricia.
Pues eso, este caballerete que posa tan naturalmente, se cargó a más de doce millones de congoleños por no trabajar lo suficiente. Conrad retrata los excesos del colonialismo en su célebre novela y no es casualidad que la situara en el Congo.
Encima murió de viejo.

domingo

La pasión de ser madre.


Yo lo digo siempre. Ser mujer no significa que quieras o tengas que ser madre. No. Conozco personalmente dos casos totalmente opuestos.
Uno es de una mujer que me dice que no quiere ser madre porque no le gustan los niños. No siente la necesidad de ser madre. No quiere responsabilidades. Quiere vivir su vida sin hijos. Me parece bien. Eso de tener hijos, bien sea biológicos o no, conlleva muchísimas cosas.
El otro caso es totalmente diferente. Ella es una antigua compañera de trabajo. Abreviaré un poco. Ella intentaba, de manera inútil, ser madre. No lo lograba. Se quedaba embarazada y abortaba de manera espontánea. Le pasó varias veces. Se dio cuenta de que tenía problemas. Lo intentó con inseminaciones. Nada. Cuando se dio por vencida se quedó embarazada sin saberlo. Creyó que tenía algo malo porque se le retiró la menstruación durante tres meses. Cuando fue al médico le dijo que estaba embarazada. Imaginaros la alegría. Se dio de baja a partir de ese día. Embarazo de alto riesgo. Ya la edad influía y los antecedentes de abortos. Dio a luz una hija. Pero con dos o tres meses la niña enfermó. Una enfermedad rarísima. Con seis meses, murió la niña. Recuerdo que la tarde antes de morir fui a acompañarla al hospital. Ella sabía que su hija se estaba muriendo a chorros. Y ahí estaba, acompañandola en sus últimas horas. Con una fuerza que nadie sabe que tiene hasta que la necesita. Yo, no sabía qué decirle. Sólo la abrazaba. Tampoco sabía qué decirle la mañana de su entierro. Ese ataúd pequeñito y blanco que portaba su padre...
Pero ella no desistió de su deseo de ser madre. Se inseminó de nuevo. Y ahora es la madre feliz de mellizos. Niño y niña. Me alegro por ella. Mucho.
Feliz día de la MADRE, amiga mía. Siempre soñé con poder decírtelo.
Foto del Flickr. Autor: Kudaker.

viernes

El mapa del tiempo


Fui a buscar esta novela a mi librería de cabecera porque había oído hablar mucho y bien de ella. El autor, Félix J. Palma, no me era totalmente desconocido pero nunca había leído nada de su producción. Ni siquiera sabía que era oriundo de este rinconcito del sur. Cuando llegué le dije a Cristóbal, mi amigo librero, si disponía de la novela, que si la conocía, que tenía buenas críticas y que el argumento me resultaba atrayente. Se sonrío y miró a su compañero comentándole: búscalo y dáselo. Me fui con su compañero y seguí halagando la novela al otro librero mientras no paraban de sonreir los dos. Al final éste último me suelta lo siguiente: "se lo diré a mi hermano". ¿Cómo? ¿El autor del libro es tu hermano? Sí. Pues me quedo sorprendido. ¿Y cómo ves la novela? Pues, aunque esté feo decirlo es una muy buena obra.
Salí de allí, pensando, qué cara de imbécil se me debe haber quedado.
Ya os contare cuando la lea qué tal.