miércoles

Lugares comunes


Bueno, pues ya están otra vez aquí. Sí, me refiero a las noticias en los periódicos, radios y televisiones sobre ese tan moderno y manido asunto de la depresión postvacacional. Todos los años lo mismo, cuando llegan estas fechas los periódistas se lanzan ávidos de nimiedades y perogrulladas a los especialistas ociosos que no saben ya qué inventar para salir en las teles.
En los tiempos en los que vivimos con más de cuatro millones de desempleados hablar de síndrome postvacacional no es ya que sea humor negro, es que es de mal gusto.
Los que hemos tenido la suerte de tener vacaciones y encima conservamos nuestro trabajo lo que tendríamos es que alegrarnos de volver a él. No creo yo que a nadie le dé por deprimirse al volver a la rutina normal del año.
Lo que hace el aburrimiento no tiene límites. Señores, escriban o hablen de otras cosas mucho más interesantes como quién se está beneficiando de la crisis. Por qué llamamos ayuda humanitaria a lo que es una guerra, por qué ningún partido es capaz de ponerse de acuerdo ni tan siguiera para modificar leyes educativas, por qué los bancos necesitan ayudas públicas si tienen millones de beneficio, en fin, que hay otros temitas, creo yo.
La foto es de Diego Martín (Flickr)