sábado

¿Por qué no te callas?


Lo siento, no he podido evitar usar la famosa pregunta. Pero viene que ni pintada...
La otra tarde me tocó esperar en la consulta del alergólogo...Para mi hijo. Vamos mi hijo, mi hija y yo. Nos sentamos en la salita. Con nosotros entra a la vez otra señora. La señora que conoce a un matrimonio en la sala. La señora que empieza a hablar con ellos. La señora que está "hueca" (aquí se le llama así a la persona que al hablar retumba todo...). La señora que empieza a comentar todo lo que padece y lo que no. Cinco minutos tardaron en llamar al matrimonio para la consulta. En cinco minutos nos dio tiempo de saber que la señora no tenía hemorroides pero que le costaba ir a cagar. Que no tenía anemia pero sí la tenía la señora que a ella le lleva los huevos a su casa. Que digo yo, si sabe que la "huevera tiene anemia"...¿qué no sabrá de ella?. Que padece desde hace veinte años dolores. Que es alérgica a los ácaros. Que estaba haciendo obras en su casa. Que ha cambiado los cuartos de baño. Que desde entonces está así. Que no sabía si el salón lo iba a pintar de blanco o de beige. Que se tenía que operar el día cinco de noviembre. Que ella no veía a Manola desde el entierro del marido de Manola. Que pobrecita las hijas de Manola. Aunque la hija mayor de Manola tenía ya treinta años y todavía no se había casado. Que ésta juventud no es como la de antes. Que yo (la señora) con 20 años ya tenía a mi primer hijo. Que así estoy...baldá...
Sí. Afortunadamente llegó la enfermera. En la que nunca me había fijado con tanta devoción. Hasta creí que llevaba unas esponjosas alas...Y se llevó al matrimonio a la consulta. Y la señora "hueca" se quedó a solas conmigo y mis hijos. Pero tengo un truco infalible para que no entablen conversación conmigo: poner cara de enfado y no mirarla...no mirarla...
Me funcionó...Eso sí, cuando yo ya estaba en el despacho del médico se escuchaba hasta allí la voz chillona de la señora. Otra presa había caído en sus garras...
Foto del Flickr. Autor: sicoactiva.