viernes

Norrkoping


Norrkoping ha sido nuestro objetivo hoy. Visita acompañado del responsable local de orientación vocacional y asesoramiento a todos los servicios que ofrecen. Tommy (así se llama) es un sueco orondo y afable, me recuerda a Peter Ustinov con gafas. Como ya nos tienen acostumbrados, amabilidad a raudales y eficacia máxima. Les fastidia enormemente la falta de puntualidad. Vemos sus instalaciones y hablamos con algunos de los consejeros, están bien coordinados y ofrecen un servicio interesante, especialmente para los alumnos que quieren ir a la universidad. El servicio es gratuito.
Vemos por fuera algunas antiguas fábricas rehabilitadas en centros de alta tecnología, uno de los ordenadores vale 3,5 millones de euros y es para quitar el miedo a la gente a volar. En Suecia han respetado admirablemente sus antiguas fábricas y las han convertido en lugares culturales o educativos. Lo mismo que en nuestro país que se tiran para convertirlas en pisos.
Me gusta Norrkoping, limpia, silenciosa y muy verde, con muchos parques. El diseño funcionalista de los edificios es marca de la casa. Comemos por 6 euros en un restaurante para estudiantes, todo muy ordenado. A nadie se le ocurre dejar un vaso en la mesa. Todo esto me recuerda cómo queda el patio de mi Instituto después del recreo.
Después algunas compras rápidas, todo corriendo, hace un montón de calor, ¿será verdad lo del cambio climático?
Luego por la tarde fuimos a casa de Freddy, tiene una casa muy bonita, y la está remodelando. El terreno que le rodea tiene perales, verduras, fresas, arándanos y un montón de cosas más. Su mujer, Cecilia es entrenadora de perros, tiene un pastor alemán con el que ha ganado algunos premios. Juego un rato con él y me acuerdo lo mucho que le gustaría a mi hijo ver las cosas que hace.
Después Freddy me deja practicar con la sierra eléctrica, cortando madera y finalmente decide regalarme uno de sus árboles con el que me hago una foto. Es un abeto gigantesco, promete mandarme imágenes cuando esté nevado.
De camino al hotel, se nos cruzan tres cervatillos , por poco no tenemos un accidente. Antes de salir un zorro merodeaba la casa y pudimos oírlo. Esto es naturaleza salvaje.