lunes

La naturaleza es sabia


El otro día iba paseando por una céntrica plaza de Granada,ciudad que amo por muchas razones,cuando de repente oigo ruidos de animales exóticos. Era de noche y estaba lloviendo por lo que pensé que podría tratarse de algún tipo de ave que se había refugiado entre los árboles. El sonido estridente y los decibelios superando el umbral de lo recomendable hacían que muchas personas se acercaran para conocer quienes eran los productores de tan desagradable experiencia.
En algún momento llegué a pensar que se trataba de un pequeño tití, en otros que podría ser una urraca o tipo de córvido e incluso sospeché de niños (esta última opción la deseché casi de inmediato, dado el carácter cuasi demoníaco de los ruidos).
Con estos pensamientos abandoné el lugar bastante intrigado.
Al día siguiente, siendo la tarde más apacible, pues no llovía, pude comprobar que los sonidos provenían de unos altavoces colocados en los árboles con la intención de asustar a los miles de estorninos que por allí suelen anidar. Lo más curioso de todo es que cuando fijé mi vista en las ramas de los árboles, estas estaban repletas de esos pequeños pájaros, que sin duda, acostumbrados al ruido, descansaban plácidamente como si estuvieran en la jungla. Mientras tanto, imagino a los vecinos hasta los mismísimos de tanta verbena.

La foto es de Mazintosh (Flickr)