lunes
El vikingo.
Hace poco terminamos la feria de mi ciudad. La feria me gusta lo normal. No voy todos los días. No está la economía para ir cada vez que quieras. Y me aburro un poco allí. Sí, soy un caso aparte. Tremendamente anormal para lo que se vive en mi ciudad. Pero por mí podría durar la mitad de días. Por no decir que con uno voy servida. Entiendo que a muchos les guste. Hasta ahí todo bien.
Siempre que vamos tenemos que ir a los "cacharritos". Estos están situados en lo que se llama coloquialmente como "Calle del Infierno". El que le puso el nombre todavía no estaba borracho porque es perfecto. Es un infierno pasar entre los cacharritos. Tienes varios elementos que hacen una odisea el ir de uno a otro. Que si el polvo que se levanta ante tanto trajín y tanto movimiento mecánico. Que si familias y familias con un montón de niños haciendo lo mismo que nosotros. Colas y colas para comprar las entradas y para subir a la atracción. El precio. Cuando tus hijos son pequeñitos los montas en cualquiera de ellas que son para su edad. Unos cochecitos de Mickey o similares. Donde tú dejas al churumbel y aquello va dando vueltas y vueltas. Y cuando se para recoges al niño.
Cuando son los niños muy mayores ya pueden ir solos y es una delicia el quedarse en una caseta mientras tus vástagos se funden un buen número de euros en tiempo récord. Todavía no estoy en esa situación. Yo estoy en el "limbo ferial". Quiere decir, que tengo niños demasiado grandes para la primera clase de atracciones y demasiado pequeños para la otra. Así que si se quieren montar en algo un poco más fuerte me toca a mí subir. Porque su padre "nanai". Y una en las que me monté el otro día se llama "El Vikingo". Una enorme barcaza que se columpia y que casi se pone en vertical. Mi hijo y yo íbamos sentados. Pero puedes ir en una jaula de pie. Si, enjaulado. Antes de comenzar, yo con el miedo en el cuerpo, le tienen que decir al encargado que limpie el vómito de la jaula...Yo creo que ahí fue donde me dí cuenta que me quería bajar. Mi hijo me mira y me dice que no me preocupe. Que él no va a vomitar. Y yo lo miro como diciendo..."No, si de quien estoy preocupada es de mí"...No puedo explicaros con palabras lo que sentí cuando estaba montada allí. Pero cuando hay cosas que dejas de hacer durante 20 años es mejor no volver a hacerlas...¿Me explico?
Foto del Flickr. Autor: lov3sickk
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13 comentarios:
jajaja, pues a mí me pasa todo lo contrario. De joven era todo un cagao y no me montaba en nada. Ahora, al revés, ya me has visto en el blog, me monto en casi todo, me entra un gustirrunín así por el esófago jejej tengo miedo pero me gusta. Ya ves, a mis años...
ALFONSO:tú tienes una edad perfecta.Eres como un niño mayor.Así cualquiera...
Hola Agata, por fin me estreno en tu blog,que ya tocaba.
Tengo que confesar que yo desde bien jovencita siempre he flipado en la jaula del vikingo, era una de mis atracciones favoritas, colgada de los barrotes cual primitivo sujeto. De ahí que me dejara la espinilla en uno de esos viajes (varios puntos y una hermosa cicatriz lo acreditan) y casi la cabeza en otro de ellos ya que se me salía por las rejas superiores al salir volando.
La sensación de ingravidez era increible, y lo recuerdo muy gratamente.
Yo debo reconocer que de estos cachibaches, muchos de los que de peke me daban miedo, ahora no me lo dan, y algunos que no me lo daban, ahora no me subía ni loca. Las montañas rusas no puedo con ellas, se me sale el corazón de su sitio, se para, baja, sube... uf.. qué mal lo paso...
A lo jamás me resistiré será a seguir dando vueltas y vueltas en los preciosos tiovivos... me encantan!!!! Recuerdo un paseo especial en uno en la ciudad de Montpellier...casi me tienen que sacar arrastras... fue en el viaje de fin de curso.... ay... qué recuerdos...gracias por traérmelos..
RAKEL:chiquilla,qué placer verte por aquí.Lo que tienes que hacer es abrir un blog.Que tú tienes mucho arte...Un beso.
Mmm de pequeña me encantaban las atracciones y debo decir que mis papis me subieron a muchas (gracias, papis) pero siempre quería montar en la misma atracción: el coche de bomberos. No sé la razón pero si no había coche de bomberos yo no me montaba.
Ahora me siguen gustando los coches de bomberos pero por otras razones , jejejej.
En cuanto a la barca del vikingo o similares debo decir que me encanta pero que a todos mis amigos les da un pánico horrible subir y por eso hace años que no monto en nada!!! ¿alguien quiere ir a un parque de atracciones conmigo?
A mi siempre me gustaron. Este año he podido comprobar gratamente que mi hijo es un adicto a la adrenalina como yo. No me gusta tanto el precio de las atracciones.
El vikingo es todo un clásico. Adictivo.
A proposito, ¿Rakel es la Rakel que yo creo? Curiosa fuga de cerebros si lo es...
Buen día, buen día.
QQ:si,Rakel es la Rakel que tú crees.Esa chica tan guapísima que sale con un músico estupendo.Mejorando lo presente.Buen día para tí también,guapo.
Cuanto tiempo sin leerte,madre mía la que hay de posts....
De pequeña si que montaba en todo,ahora le tengo panico..solo ando en los carritos de choque con el niño!
Besos
Pues es que hacer algo para sufrir como que es tonteria, todo sea por complacer a los crios; de todas formas no es mi caso, no tengo que complacerlos y para nada es sufrir, le encuentro su punto y cuanto más riesgo mejor
jajaja, pobre agata! te imagino con la cara blanca durante el viaje...
A mi me encantan las atracciones, pero las de un parque de atracciones, que están montadas en condiciones. Hace mucho que no me monto en ninguna atracción de la calle del infierno. Primero poruqe no me inspiran demasiada confianza (eso de que se montan y desmontan en dos días..) y segundo porque prefiero mil veces más estar divirtiéndome en las casetas; yo soy de las que va a la feria el lunes del pescaíto y no se jarta de feria hasta el domingo, jejeje...(Angie Ferianta Forever!vamos, jajaja)
Te leo y siento que mi vida actual es como ese "vikingo" que sube y baja balanceándose sin parar para dejarte el estómago a la altura de los tobillos. Pero Ágata, es que la mayor atracción del mundo es vivir la vida entregándose a ella. Esa es una lección que tus hijos aprenderán fuera de la calle infierno. Pero está bien que vayan entrenándose. Anda, deja que se monten sólos en la montaña rusa.
Hola, Agata!!!
Pero, entonces... ¿vomitaste, o no?
:)
En esas cosas imagino que el daño colateral de embarramiento ha de ser fenomenal.
Yo le tengo más miedo a las tazitas que nadamás dan vueltas que al Vikingo... creo que la última vez que me subí a un juego de esos, me senté arriba de mis chanclas para no perderlas (como pasó en otra ocasión).
siempre me da gusto leerte. un besote!!
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