sábado

El amor está en el aire

No sé qué les pasa a algunos políticos cuando llegan al poder. Se vuelven irresponsables o poco juiciosos. Es el caso de la alcaldesa de mi ciudad, Jerez. Pilar, que así se llama, accedió a la alcaldía con mayoría absoluta, en parte gracias a que una proporción importante de ciudadanos estaban hartos de aguantar comportamientos nepotistas del alcalde anterior que estuvo en el poder dos décadas.
Pues bien, esta mujer se enamora de su escolta, lo que a mí me importa un pimiento, si no fuera porque acto seguido lo asciende de escolta a jefe de gabinete del Ayuntamiento. Supongo que le sube el sueldo una barbaridad, aunque no todo lo que quiso porque afortunadamente alguien le paró los pies.
La prueba del nueve de que se equivocó, es que sus compañeros de corporación se han "amotinado" y han pedido amparo al superior político porque se sienten ninguneados. Acusan a Pilar de tomar las decisiones sólo con su jefe de gabinete (ya marido) y con cargos de confianza que no han sido elegidos democráticamente.
¿Tanto puede cegar el amor a una persona para no darse cuenta de lo obvio? ¿Qué profesionalidad se puede suponer en las decisiones de una persona que mezcla de esta manera sus responsabilidades con sus sentimientos?


1 comentario:

Chasky dijo...

A eso se le llama falta de profesionalidad y en la política estas cosas se notan en seguida.