martes

Drácula (Coppola)


De las muchas versiones cinematográficas existentes sobre el mito de Drácula la que más me gusta es esta de 1992 de Francis Ford Coppola. Es una película romántica, y adquiere todo el aroma victoriano de la novela de Bram Stoker. La ambientación es apabullante de forma que la gama de los rojos en la fotografía está satinado a veces, y otras realzado. Tienes la sensación de encontrarte en un cuento de hadas toda la película a lo que contribuye la música de Wojciech Kilar (ver siguiente entrada). Destacaré del elenco a un actor que normalmente me produce urticaria (Gary Oldman) en el papel de Vlad Dracul y que deja sus sobreactuaciones habituales para ceñirse a lo que le pide el gran Coppola. Delicada y sensual Winona Ryder. Se usan diferentes trucos de cámara a lo largo del film de acuerdo con los sistemas tradicionales de hacer cine.
La historia tiene detalles magníficos destacando momentos brillantes como cuando beben absenta o todo el apoteósis final.
Coppola reinventó un clásico de la forma más sorprendente; respetando al máximo el espíritu de la novela. Si no la habéis leído, os recomiendo ver antes la película, pues así disfrutaréis más de las oníricas imágenes.

6 comentarios:

pedro dijo...

Estoy de acuerdo. realmente es una peli bonita. Incomprendida también, lo que la hace algo especial. Abrazo.

Denise dijo...

Me encantan dos detalles... la sombra a destiempo y la escena donde a Keanu le atacan las vampiras.

sr. calavera dijo...

Coincido totalmente. Un detalle que me gustó mucho, aparte de lo que ya señalas, es la confusión en las dimensiones espaciotemporales que se dan en el castillo del conde (el frasco que gotea hacia arriba, etc). El único fallo está en la escena de la fiesta en casa de Lucy y las cosas "raras" que suceden con el sombrero del norteamericano que tan pronto está en su mano como en el sofá jejeje

Malena sin su oruga dijo...

me encanta esa pelicula toda la atmofera, el sonido, me encanta, y gary oldman puede tomarme cuanod quiera jajaja

Unknown dijo...

Decir de entrada que Stoker me parece un escritor sobrevalorado, y que la legítima y mejor representante del terror victoriano es la Shelley. A partir de ahí, al introducir la historia de amor entre el bueno de Dracula y Mina, la historia adquiere más profundidad y cohesion de la que Stoker hubiera soñado para su tostón vampírico... peliculón, si señor...

(he dicho ya que no me gusta Stoker?)

Agata dijo...

¿Que no te gusta quién?...