jueves

Taxi


Lucho llegó en avión. Nadie lo esperaba. Es más, todos los que le querían quedaron en Chile. Entre todos ellos le pagaron el billete, billete no muy barato la verdad. Llegó y cogió un taxi. El taxista ya le timó, le dio más vueltas de las normales. Lucho sabía lo que pasaba o lo intuía. Así que le preguntó al taxista si le iba a cobrar por todas las vueltas que estaba dando. El taxista se paró enfadado, sin girar la cabeza y hablándole por el espejo retrovisor interior del coche empezó a vociferar.Que si él(el taxista) era español, que era honrado, que pagaba sus impuestos, que no necesitábamos más sudacas en éste país, que todos eran unos ladrones, que eran unos vagos, que sólo les dejábamos los trabajos que no queremos (porque tenemos una categoría). En fin, Lucho lo escuchaba atentamente. No dijo esta boca es mía. Pidió educadamente que le dijera cuánto era el trayecto hasta ahí mismo. Aunque tuviera que caminar más tiempo. El taxista se lo dijo, a Lucho le pareció un abuso pero no dijo nada. Pagó religiosamente, incluso le dijo al taxista que se quedara con el cambio. El taxista, cuando Lucho se apeó, siguió relatando como buen patriota. Y nuestro amigo chileno empezó a caminar.
Al cabo de los meses un grupo de personas encontraron a un taxista casi muerto en el volante de su taxi. Fueron a montarse y creían que estaba dormido. Viendo que estaba inconsciente, llamaron a la policía y a una ambulancia. Manolo, que así se llama, fue trasladado al hospital.Acababa de tener un infarto. Ya en la ambulancia lo intentaron reanimar. Llegó mejor al hospital pero todavía estaba grave. Allí lo recibieron en urgencias. Llamaron a planta al cardiólogo que visitaba pacientes ingresados. Bajó raudo a urgencias y atendió a Manolo. Al cabo de las horas, el paciente se encontraba estable.Lo subieron a U.C.I. y al día siguiente pasó su familia a verlo. El médico habló antes de entrar con ellos. Explicó que Manolo había tenido mucha suerte y que se recuperaría. Cuando entró la familia, Manolo despertó. Y vio al médico que le había salvado, el cardiólogo. No era otro que Lucho. El día que Lucho llegó de Chile, era para trabajar en el hospital. Tuvo que hacer unas pruebas para convalidar su título de médico y las aprobó. A Manolo se le saltaron las lágrimas y presentó a Lucho a su familia. Y le pidió disculpas por lo que hizo hace meses. Lucho llevó su dedo a su boca y de esa manera lo mandó callar dulcemente. Luego dejó al paciente con su familia para que se abrazaran, él daría lo que fuera por hacerlo en esos momentos...
Foto del flick, cuyo autor es: nohanjes

9 comentarios:

Denise dijo...

La de veces que deben pasar estas cosas... de hecho creo que -en general- la gente que parte del prejuicio hace exactamente eso, adjudicarnos características a la fuerza sin pensar en qué situación se pueden ver al siguiente día. Me gustó el personaje de Lucho porque pudiendo enfrentarse, fue humilde.

Alfonso Saborido dijo...

Una buena lección... la vida da muchas vueltas; no es la primera vez que pasa eso.

Anónimo dijo...

"el pez, por la boca muere..."

CriS dijo...

Preciosa lección, es verdad que muchas veces nos pierden los prejuicios y nos pierde la boquita que tenemos...
Me recuerda además al proverbio que dice algo así (soy fatal recordando refranes y dichos) que para entender a alguien hay que andar x tiempo con sus zapatos...

jose carlos dijo...

Efectivamente la vida da muchas vueltas y suele enseñar a elementos como este que desprecian a otros seres humanos por ser de otro país. Todos somos seres humanos y no se puede ser así como el taxista. Un saludo.

Leuma dijo...

A veces es curioso las lecciones que se aprenden en la vida, las personas(pocas)increíbles que podemos encontrarnos, un beso

Morrigan. dijo...

Y todo se conecta entre sí. Pero en realidad todo se cobra?

Gracias por seguirme leyendo Agata tu presencia en mi blog lo vuelve calido n.n

Saluditos y manteca de maní

Morrigan. dijo...

Un gusto saludarte de nuevo Agata, aquí tienes mi e-mail:
Morrigan.xP@hotmail.com

Vanlat dijo...

Y otra lagrimita....
Dicen que en el mundo todos estamos conectados. Da igual si me vuelve por ti o por otro... lo importante es que somos todos...