lunes

"Dolores del alma"


Hace ya bastante tiempo que la psicología clínica descubrió que no podemos controlar nuestros pensamientos, especialmente los que nos perturban y nos hacen sentir mal.
Es curioso cómo aprendemos desde pequeños a huir de los pensamientos dolorosos, intentamos evitarlos y enfrascados en esa lucha podemos quedarnos atascados y sin salida.
Nuestra cultura nos enseña que todo lo que nos hace sufrir debe desaparecer, olvidando que la moneda que pagamos por vivir es el sufrimiento. Pero hay una buena noticia, aún así podemos seguir con nuestras vidas y llegar al puerto en el que queramos atracar, y esa es la gran lección, no evites los sentimientos dolorosos porque será imposible (lo mismo que es imposible no pensar en un limón cuando alguien te lo dice ¿verdad?) pero tampoco dejes de lado tus metas en la vida. Ambas cosas no son incompatibles.
Desgraciadamente, muchas personas dejan sus valores para intentar evitar los sentimientos que les están haciendo tener dolor y no sólo no lo consiguen sino que además el sufrimiento se hace dueño de sus vidas y termina por anularlas.
Y he aquí lo que yo creo es la lección más importante que podemos dar a nuestros hijos: la vida es también sufrir, pasarlo mal, sentirse desgraciado pero no debemos dejar que cuando nos encontremos así las cosas que queremos hacer en la vida como ser buenos padres, parejas o desempeñar nuestras profesiones pasen a un segundo plano e incluso se difuminen.
Hay un pequeño ejercicio muy trágico lo reconozco, pero muy efectivo para saber sis hemos caído ya o no en esa espiral. Se llama "el epitafio". Hay que pensar en que dirían de nosotros la gente que nos importa si nos muriésemos ahora mismo. Dirían ¿qué suerte he tenido de conocerlo? ¿Ha sido un gran compañero? ¿No he podido tener mejor padre?
O pensarían: "Lo intentó, pero sus problemas no le dejaron ser mejor padre". "Sufría tanto que no tenía fuerzas para nada más". "Nunca lo llegamos a conocer del todo, estaba absorto en sus problemas"
Piénsenlo.
Foto Memo Vázquez.

9 comentarios:

Alfonso Saborido dijo...

Pues yo ese pensamiento de pensar que dirían de mí, lo he tenido desde hace tiempo. ES más, pensé escribir algo para que fuera leído en mi funeral, donde quiero que se toque el Réquiem de Mozart con un disco. Ya sé que suena macabro, pero lo he pensado más de una vez.
Y también llevas razón en que hay que aprender que la vida no es un camino de rosas. Tendremos momentos malos y momentos buenos. Yo he pasado de los dos, y he aprendido a discriminar, aunque reconozco que con esfuerzo.
¿qué estoy en el trabajo? pues a la tarea, no puedo pensar en otra cosa, aunque me apetezca. Estoy triste, ¿qué estoy en la radio? pues tengo que aparentar que no me pasa nada. Y así, con mucho ensayo, va saliendo.

Druid dijo...

Creo saber lo que dirian de mi los que me importan...
Y no, no es un ejercicio duro... intento que lo que me han de decir de muerto, me lo vayan diciendo de vivo...

Ana dijo...

Supongo que a mí me pasaría mas o menos igual que Druid, lo que me dirían de muerta,también me lo dirían de viva.
Por lo menos, como soy muy directa y sincera, intento que todos lo sean comigo!
Los mas allegados, desde luego, que se lo que dirían, los demas, la verdad poco me importa.

Besos

Denise dijo...

No sé... creo que me da un poco de cosa pensar qué diría mi tumba, aunque entiendo que te ayuda a definir por dónde vas.

Andrea Martínez Maugard dijo...

Me han hecho pensar mucho con esto muchachos... La vida es tan corta y uno a veces se hace tantos problemas por todo, hay que saber vivirla nomás!

CriS dijo...

Hola, genial post, estoy encantada con él, estoy totalmente de acuerdo. En la vida todo tiene que tener un equilibrio y tiene que haber tristeza, miedo, dolor, hay que vivirlo todo, sentirlo todo y sacar provecho de todo, porque todo nos enseña y enriquece y nos da tremendas oportunidades de conocernos mejor, de crecer, de desarrollarnos. Es sólo que no hay que irse a los extremos... ni hay que vivir en una eterna nube sin dejar salir determinados sentimientos negativos... ni hay que vivir siempre en esos sentimientos negativos. Mi conclusión es pues: EQUILIBRIO.
Sobre mi epitafio... no se... espero que me incineren y acabar saltando por el acantilado de Torimbia en Asturias por ejemplo un día de viento... qué dirán de mi... ni idea.. con que digan: qué maja era esta chica... mas que mejor...
besos

Nacho Rodríguez dijo...

Alfonso: El réquiem es una obra excelsa, la culminación de una vida. No se me ocurre mejor forma de despedirse.
Druid, Ana: no es tanto lo que nos dicen los demás, sino lo que nos gustaría que nos dijesen, porque esos son de verdad nuestros valores en la vida.
Denise, sé que es un poco macabro, pero efectivo.
Aretha, exacto, la idea es ir a por la vida sin preocuparnos demasiado.
Cris,lo mejor es enseñar a los que van detrás nuestra que la vida no es un camino de rosas, que éstas tienen espinas.

Unknown dijo...

Lo que tengo clarísimo que nunca dirán de mi es..."mírala, debió pasar más tiempo con su familia, con sus amigos, en vez de estar todo el día trabajando como estuvo". Porque, afortunadamente, tengo clara la idea de que hay que trabajar para vivir y no vivir para trabajar. La gente que sólo vive para el trabajo y no disfruta de todo lo demás (que es muuuucho) no sabe lo que se pierdeeee!

NuNú dijo...

Uyssssssss, gracias por la reflexión...