miércoles

La insoportable levedad del ser


El título de la pretenciosa novela de Milan Kundera me sirve para reflexionar sobre lo que le ha pasado a Michael Jackson. No, no voy a decir la pena que me da, ni lo bueno que era, hace poco en una entrada hablaba de alguna canción suya que me gustaba.
Sin embargo, lo que de verdad me ha hecho reflexionar son las circunstancias de su muerte. Ahora resulta que el gran divo, el que dormía en una cápsula de oxígeno, tenía que soportar los dolores de sus lesiones provocadas por el baile a base de morfina. Por un lado, qué verdad es que el dolor nos iguala como personas y por otro demuestra el gran engaño que es el negocio de la música. Se crean estrellas, personajes de papel que lejos de ser felices como aparentan, son seres desgraciados llenos de miserias como todos los demás. El precio que pagan por culpa de estas contradicciones es no tener vida o perderla antes de tiempo.
La foto es de IAR y se titula Vida y Muerte.

4 comentarios:

Chasky dijo...

Realmente debe ser duro para enfrentarse al hecho de ser un personaje público conocido por el mundo mundial, no poder salir a la calle, no tener vida privada, etc.

Y si encima, mentalmente no estás preparado para soportar toda esa presión las consecuencias suelen ser bastante graves.

rakel dijo...

Si a eso le sumamos una infancia de malos tratos, o simplemente ausencia de infancia, eso crea al monstruo o al menos marca el carácter y personalidad del susodicho, que puede ser de lo más endeble.

Alfonso Saborido dijo...

Creo que murió de un complejo de Peter Pan elevado a la enésima potencia.. ¿no?

Kim Basinguer dijo...

No es oro todo lo que reluce.