lunes

Contradicciones

El otro día un alumno de mi centro, entró en la sala de profesores cuando no había nadie, cogíó la cartera de uno de los docentes y le robó el dinero.
Lógicamente, fue fácil localizar al pillastre y este reconoció el hurto. La paradoja es que el alumno había robado a un profesor que está constantemente apoyando a este chaval. Como podréis comprender el mozalbete es de una familia con un nivel socioeconómico muy bajo. Múltiples problemas de todo tipo le han afectado desde pequeño. La crisis está haciendo gran mella y este no tuvo otro pensamiento que sustraer el dinero.
El profesor afectado se ha sentido traicionado porque está seguro de que el chico sabía de quien era la cartera, piensa que su esfuerzo ayudándole después de varios cursos ha sido en vano. Piensa que no ha logrado crear un vínculo que le una al alumno, que en suma, ser maestro es una profesión desagradecida.
Por un lado comprendo los sentimientos de mi compañero, seguramente me sentiría igual. Pero por otro, entiendo que no podemos juzgar al adolescente desde nuestra situación de privilegio, de tener todo lo necesario y más. De no faltarnos nada. Muchas veces lo he pensado, trabajando en un centro de barrio económicamente deprimido hay una línea invisible, pero real, entre el claustro y una parte del alumnado que cuesta superar.
Esta puñetera crisis...

6 comentarios:

Alfonso Saborido dijo...

Llevas razón.. pero no creo que justifique nunca el robo... de todas formas, también se producen esas cosas en los colegios de niños bien, y en épocas de no crisis. De hecho, la primera vez que trabajé en un colegio de una zona parecida a la tuya, el primer día, le robaron el bolso a una limpiadora, y un profesor del centro no tuvo otra idea que impedir la salida a todo el personal de centro, a mí incluído. Me cayó como tres patadas que me tratara como sospechoso, y así se lo dije, que si me quería acusar, que llamara a la policía. Apareció el niño que robó, y el profesor quedó fatal antes sus compañeros.

Unknown dijo...

Puedo comprender como está el profesor después de tanto esfuerzo.Pero tambíen deberia entender que los jóvenes son niños y que mcuhas veces por circunstancias personales pueden llevarles a actuar, en este caso robar, para sustentar sus gastos personales o para ayudar a su familia. No por ello debe tirar la toalla, al contrario yo que él hablaría con el chico y le dejaría que me aclarara por qué razón lo hizo. En fin, es una de las miles de anécdotas que suceden a diario en los centros escolares.

Anónimo dijo...

buf.. qué trabajo más complicado...

Nacho Rodríguez dijo...

Alfonso, no veas que ridículo el de ese profesor, hay gente que no tiene dos dedos de frente.
Miguel Angel, afortunadamente ese profesor no ha llegado a tirar la toalla, sólo estaba de bajón. Comparto tu punto de vista, los jóvenes merecen todas las oportunidades que podamos darle.
Jordim, bienvenido, y sí es complicado, pero es un trabajo precioso.

Keka dijo...

Espero que algún día pase la crisis, al menos antes de que las cosas empeoren demasiado...

Ptolomeo Lagos dijo...

Sin conocer a los implicados y las circunstancias es difícil juzgar pero si el colegio esta en un entorno, digamos, "complicado", supongo que este tipo de sucesos no os van a pillar desprevenidos. La moral, a veces, deja de ser importante. Sin embargo, os toca prepararles para que lo sea. Os admiro.

Alfonso: ¿Y si el ladrón hubiera sido un compañero tuyo? He vivido algún caso parecido (no en colegios) y no me parece tan exagerada la medida. En realidad, pudo haber sido cualquiera. Y seguro que a los chicos se les quedó grabado.