lunes

Básculas.


Creo que ahora puede ser el momento idóneo para hablar de dichos artefactos, artilugios, artículos de pura tortura psicológica. Sí, las básculas. Ay, mamá. Qué miedo le entra a uno cuando va a pesarse a la farmacia de turno. Para colmo, las hacen grandes y voluminosas. Con lucecitas que se encienden nada más te montas en ella. Con sonidos de naves espaciales. Lo de los sonidos es por si alguien no te ha visto montarte, pues los escuchan y se vuelven para ver cómo sufres al subirte. La ranura para echar la moneda está puesta de manera que tengas que forzar los ojos para usarla. Es pequeñita y escondida, como con lo que pensó el tío que diseñó dicho elemento. Lo siento, eso no lo ha diseñado ninguna chica. Nosotras no hubiéramos puesto una báscula gigante, sería discreta. No hubiéramos metido sonidos del espacio, tendría una frase susurrante que dijera "No tengas miedo, súbete que verás que no has ganado peso". No la pondríamos en un lugar como una farmacia, donde van todo tipo de personas y de todas las edades. Y donde el farmacéutico o farmacéutica tuviera cara de caducar pronto ni oliera a Betadine. La pondríamos en el confesionario de una iglesia. Que es donde nunca voy.
Peor de ir a pesarse a dicho local "de moda" es tener una báscula en casa. Eso es una tortura física y psicológica. Yo tengo una debajo de la cama. Cómo mierda va a tener una sueños bonitos teniendo una cosa cuadrada y blanca debajo mía que parece que me habla y todo:"Pésate mañana, chata". La madre que trajo el día que la compré. Cuando me preguntan si me he pesado hace poco, me entra algo en la piel que me pone los vellos de punta y hace que me salga urticaria en sitios insospechados. "Mañana, mañana me peso". Y me puedo tirar como dos semanas o más sin subirme a la báscula. Que no. Que hoy no porque tengo una cena y según lo que pese no voy a comer a gusto. Que después tampoco porque ya habré ido a la cena y será peor...Mierda, no creía yo que un aparato que sirve sólo para pesar diera tanto que hablar. Que a nadie se le ocurra pesarse hasta febrero por lo menos...Resumiendo, prefiero pesar de más a pesar de menos. Siempre dentro de un control y sin nada de transtornos alimenticios. Lo mejor, disfrutar de la vida sin excesos.
Foto del Flickr de Censored Elephant.

20 comentarios:

Anónimo dijo...

ayyy un tema delicado este...
che, te he mandado el email, pero nada.no hay caso. a ver si el tuyo me llega, vale? besos

PARANOICO ILUSIONISTA dijo...

Tu idea me parece genial...todas las básculas a las iglesias. Me parece el sitio perfecto, mejor, a la basura, solo alguna en la consulta de los endocrinos y punto.
Besos

interpreta-sones dijo...

ni básculas, ni aparatos de la tensión, ni nada... mejor no supervisarse mucho!! me ha encantado el concepto "báscula discreta", amigable, cercana... deberías patentar la idea!!

CriS dijo...

Hola. En mi casa no hay báscula y no las habrá, paso de esa exclavitud. Además mi propia ropa me sirve de guia para controlar mi peso. Una visita anual al médico para chequear y punto. Por otro lado, si todo el año fuéramos equilibrados y nos permitiéramos caprichitos lógicos en vez de comer los últimos días del año como burros ahora no estaríamos hablando de esto, no?

Deepak Gopi dijo...

Some times these scales gives people lot of tensions regarding their weight.
Good day

Miguelo dijo...

de todas formas el dia que te peses que este tu madre cerca. seguro q te dice que tienes q comer mas. siempre lo dicen. asi aunque tengas algun kilo extra ella te convencera de q estas bien.

besosss

NuNú dijo...

Guapissssssssss, las básculas también son nuestras amigas, amigas de esas a las que se ve una vez cada tanto, pero al fin, amigas. Con los años he aprendido a llevarme bien con ellas, incluso con la temible báscula que está en la puerta de la farmacia del centro comercial cerca de mi casa (ya ves, ni siquiera dentro de la farmacia).
Una vez alguien me dió un consejo increíble cuando yo intentaba perder kilos y kilos. Esto sólo se puede hacer desde el amor y la aceptación del cuerpo y la máxima de "lo que es es"...

Besossssssssssssssssssssss

ani. dijo...

Hola Agata! paso a saludarte aún con mi paupérrima conexión, que todavía está en veremos. Cuando te lea Diego va a reírse seguro, él que tiene sus historias con la balanza de su farmacia! Yo diría que menos historia le hace mejor al asunto, mientras no sea una exageración de gordura, un poquito no hace mal a nadie. Peor hace el estrés!
Muchos saludos! (ay, cuando entro acá me acuerdo de los mantecados, los turrones, las tortas de jijona, la ensaimada mallorquina y toda la sarta de exquisiteces ibéricas. Hay una gorda en mi pellejo!)

nestor dijo...

hola...encontré tu blog y me pareció genial lo de la báscula discreta...pero a no hacer caso y mucho menos en estos días... ya habrá tiampo para pensar en una balanza.y a no darle importancia a los que miran hasta donde llega el medidor...
un abrazo..seguiré veniendo a tu blog...

Anónimo dijo...

Jajajajajajajajaja. Has conseguido que me ría al leer sobre un aparato en el que llevo años sin montarme!
Besos.

jose carlos dijo...

Olvidate de las basculas, hay que disfrutar y el comer es un placer. Un beso y feliz semana.

Alfonso Saborido dijo...

Uy pues a mi me gustan. Las modernas no, porque me ponen no se qué del cálculo de grasa y no lo entiendo. Además no siempre mido lo mismo. En casa, no tengo. Me gustan las antiguas, en especial una que hay en la calle larga de Jerez, muy vieja. ¿Has ido allí, Agata? jejeje porque es tradición, pasar y pasarse. Además no cuesta dinero, es voluntario lo que se da para la lucha contra el cáncer.

Andrea Martínez Maugard dijo...

Nooooooo, odio las malditas básculas, la mitad de mi vida me hicieron sufrir de lo lindo

Agata dijo...

ALFONSO:esa es la única báscula bonita que he visto.Pero aún no me he atrevido a pesarme en ella...JEJEJE.

BK dijo...

Mira que hablar de las basculas cuando acaba de pasar la navidad, época de excesos donde las haya....Ains, eres mala eh....
Pues yo, a pesar de lo que se dicer por ahí, no engordo más estos días que el resto del año.....

Unknown dijo...

jajaja! muy bueno este post, Agata! qué gran verdad!!!tenían que tener un poquito de tacto al decirte que has puesto unos cuantos kilos, jajaja! no tienen compasión ninguna estos aparatejos...

Un besote.Angie.

diego dijo...

Soy farmaceutico y prefería no tener que tener una en mi farmacia.
Despues de los cinco primeros años ya no se escuchan comentarios nuevos y los viejos ya no me hacen gracia.
Tengo un colega que le colgó un cartel que dice: si no va saludar no se pese!.
y otro le puso uno que dice: la balanza pesa bien ud. no!
En lo personal no le puse ningún cartel...la gente no los lee!.
A proposito ¿te dije que no me gustan las balazas? estimulan en mi sentimientos misántropicos, jaja!

Víctor dijo...

En realidad cuando tuve de enemiga a la báscula fue entre los 8 y los 14 años era un niño con mucho sobrepeso hasta rozar el límite de la obesidad, era una verdadera tortura cuando mis padres, preocupados por mi situación, me llevaban ala bascula, para ver si había algún resultado, mis primeras fiestas eran nefastas, las chicas se reían de mi gordura y tenía un temor enorme de sacar a alguien a bailar. Todo sucedió así, hasta que a los trece años me ilusioné con una morena que ni siquiera sabía de mis intenciones, así que me impuse la idea de cambiar mi destino. Le mandé cartas en el anonimato, mientras hice una dieta estricta y mucho ejercicio con lo que logré bajar unos 20 kilos, llegue al año con un ramo de rosas y la primera carta que le entregaba en sus manos, conversamos, al tiempo la besé y nos transformamos en grandes amigos. Desde ahí nunca volví a subir tanto, mientas uno asuma que la comida te hace sobrevivir y no es un tema, todo bien.

Bueno, es un placer como siempre degustar tus palabras me volveré obeso de tanto leerte.

Un tremendo abrazo.

caracol dijo...

que profundas reflexiones. yo no tengo en mi casa... que tortura! con la ropa me noto. Deberías de sacar la tuya de debajo de la cama!!! eso debe de dar malas vibras en tus sueños....

un saludo!!

Agata dijo...

VICTOR:jo,eso es estar enamorado.El amor mueve montañas.