sábado
Una perra con siete vidas
Hace más o menos un año, el abuelo de mis hijos, o sea, mi padre, decidió que era hora de regalarle a sus nietos un perrito. Sabía que en casa no podía estar, ya que en casa hay alergia a animales de pelo, no obstante, podría estar en un campito que tiene a las afueras de la ciudad. Fue a la perrera y escogió, junto con ellos una fox terrier de pelo corto de menos de un año de edad y que había sido abandonada pocas semanas antes.
Aquí empieza su odisea. Después de las oportunas vacunaciones y revisiones veterinarias, chips, etc. fue instalada en su nuevo hogar, una explanada de más de 500 metros cuadrados vallados en su perímetro. Pero ocurrió, lo que tiene que ocurrir. Se escapó. Ella, vivaracha e inteligente decidió marchar posiblemente al hogar de sus antiguos dueños.
Mes y medio después, recibimos la llamada de un veterinario de un pueblo de la costa que dista más de cien kilómetros de donde estaba "Vaini" para que fuéramos a recoger a una perrita que había sido encontrada por un par de ancianas inglesas en la carretera. Recuerden que llevaba chip y por esto nos localizaron.
Cuando llegamos, nos la encontramos muy maltrecha y casi muerta. El veterinario lo pintó bastante mal. Pero resistió y vivió. Aún no sabemos cómo logró llegar tan lejos.
Un mes después, volvió a escapar. Esta vez era verano y con un calor asfixiante, por lo que después de buscarla mucho, pensamos que probablemente habría muerto de hambre y sed. Siendo ya otoño, a la vuelta del campo, por el carril, veo que una perrilla se para delante del coche y veo con sorpresa que es nuestra perra. Estaba en unas condiciones magníficas. Alegría a raudales. Un inciso en el relato, un vecino cercano confesó poco después que se había quedado con ella porque pensaba que había sido abandonada. Se ve que se escapó para volver a su hogar.
Les prometí a mis hijos que la traeríamos un par de días a casa estas Navidades. Hice esta promesa, sabiendo que un cachorrillo de fox terrier a buen seguro, destrozaría la mitad de los zapatos y muebles, se pasaría la noche ladrando y llenaría mi casa de orines y excrementos. Pero me volví a equivocar con "Vaini".
Resulta que no he visto jamás una perra más educada, ni un sólo ladrido, aunque tenía motivos sólo escuchando los del perro de la vecina, ni un sólo residuo, ni tan siquiera de noche. Obedeciendo todas las órdenes, "ven aquí", " no te nuevas de ahí". Ni un sólo mordisco a nada. Cuando la bañamos, no hizo ademán alguno de salir de la pileta. La perra perfecta.
El final de la historia es que ha vuelto a su campo, donde le gusta cazar conejos de vez en cuando. Si no fuera porque en casa no es bien tolerada por la salud de alguno, esta perra habría sido un habitante habitual de nuestro universo. No hace falta contaros nuestra cara cuando la dejamos... y la de ella. Aquello parecía "Love Story".
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16 comentarios:
Conociendo a los perros te diré que se escapa no para buscar a sus anteriores dueños... si no para no estar sola.
Besos.
no es justo que me hagas llorar tan temprano....snif, snif...no puedo con los animales,son tan lindos!!!! y tan agradecidos!!!! qye bonita historia la de Vaini,lo mas probable que se diera cuenta que no iba a estar mejor que en el campo aunque una vueltita por ahi, nunca viene nada mal...que linda!!!
que historia mas bonita. me alegro que la encontrases. sin duda un golper del destino.
y perra mas traviesa porcierto, besos
a 100 kms, Agata? no veas!! Hay que ver el cariño que se les coge a los animales, verdad? no me extraña que la escena pareciera de Love Story!!
Un besoteee!
molan los perros, tan inteligentes y cariñosos.. aunque sigo prefiriendo los gatos con su independencia nata :)
Ya conté en mi blog una historia con un perro que tuve, pero aproveho para volver a contarla. Tuvimos un perro de caza, asi que mi padre se lo llevaba al monte. Un dia llegó sin el, volvimos durante dias al monte, llamándolo, pero no aparecia, perdimos la esperanza y dejamos de buscarlo. Semanas después apareció en el portal de casa, delgadisimo y sucio, pero allí estaba, en su hogar.
Las historias de animales pueden conmigo, me enternecen hasta los límites... adoro los animales... si pudiera, compraría una finca enorme y me los llevaría a todos (lo que no tienen hogar) y les cuidaría... y jugaría.. Que linda esta historia...
los perros son unos animales increíbles, muy fieles y fáciles de querer. Seguro que esta vez ya no se va.
saludos.
Ya se merecía un post la pequeña Vaini!!
Es pura nobleza y agradecimiento, doy fé de ello.
¡Cómo me ha gustado la historia de la pequeña Vaini! Me encantan los perros,aunque sean traviesos. Parece que esta aparte del asunto de las escapadas es de lo mejorcito... Incluída escena de Love Story jejejejejjeje
Hayyyy...como se quieren a los bichitos peludos jijijijiji...
Yo soy amante de los gatos...yyyyyy también tengo la gran desgracia, que mi pareja tieneeeee una alergia descomunal al pelo de gato....así que me toca no tener mininos en casa....que penaaaaaaaa.
Un besazoooo!
Marta
Dios mio...que historia y yo con un poco de gripe...estoy casi llorando a raudales...pobre vaini (que nombre tan dulce), seguro que es como la madre de los dueños de la perra.
Un beso
Pobre, es que se les coje mucho cariño y luego es lo que pasa. Yo tengo un perro en casa y siempre sale con su collar y ya recorrio casi toda España, Portugal entero y un poco de Francia. Ahora ya es mayor, tiene casi 12 años pero aquí esta feliz. Un saludo.
Tu historia es preciosa. Me encantan y adoro a los perros, para mi ellos son mucho más valiosos y fieles que cualquiera. Así de simple, si fuera por mí tendría muchísimos corriendo en mi casa. Tengo uno que adoro desd hace 11 años y es como mi hijo. Desearía que fuera eterno
Me encantan los perros, mi vida está llena de nombres de perros y perras: Mipe (el mío), fortuna, fabiola, tarugo, kazán, negra, rubia, jimmy, rufo, chunga, zaida, charlie, aarón... todos fueron amigos míos.
Curioso que me paso algo parecido a lo de veca. Tambien de caza el mío.
En fin, adoro los perros. Me gusto muchsimo tu historia.
Besos.
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