sábado

La morena de la copla


Escucha mientras lees


Este libro de Andrés Sopeña es imposible de encontrar porque está descatalogado, por lo tanto no lo busquéis en librerías. Sólo es posible en mercadillos de segunda mano o que algún amigo te lo preste (como me pasó a mí). El autor del también exitoso "El florido pensil" hace un recorrido por la situación de las féminas durante las posguerra española y el franquismo. Como análisis sociológico es curioso y revelador lo que nuestras abuelas tuvieron que soportar. Como ejercicio humorístico también funciona, porque situar nuestra propia historia ante las narices hace que el esperpento sea mayor. De todas formas, la mayor parte de las veces, sus páginas provocan enojo e incredulidad. ¿Cómo pudimos pasar por aquello? ¿Cómo aguantaron las anteriores generaciones humillaciones tales? Y lo más importante, la conclusión a la que llegamos una vez finalizado el libro es que tras leerlo es más fácil entender porqué una parte de nuestra querida España puede pensar aún lo que piensa. El lastre fue demasiado pesado.
Vean algunos ejemplos extraídos del libro:

  • Es evidente que la mujer casada tiene que extremar su higiene genital debiendo practicarla con mayor asiduidad -por el hecho de las relaciones sexuales- que cuando era soltera.

  • Las muchachas deberán rehuir aquellos ejercicios cuya práctica, como la del ciclismo o la equitación, puede producir irritaciones genitales, que, en algunos casos, podrían ser el origen de excitaciones eróticas

José P. Oliveras, Guía médica sexual, 1.963

… no importa que las futuras madres de los hijos de España sean sabias, que memoricen y recuerden múltiples nociones científicas, sino, sobre todo, que estén capacitadas para cumplir debidamente la función altísima de esposas y madres, destino fundamental de la mujer.

Adolfo Maíllo, inspector de primera enseñanza y director del centro de documentación y orientación de Enseñanza Primaria. 1.959

Y esta es la opinión del Decano de colegio de médicos de Barcelona no hace tanto:

Los médicos de familia sabemos por experiencia que, al llegar al final de los cursos académicos, somos requeridos con frecuencia para asistir a jóvenes adolescentes que han perdido el apetito, se sienten decaídas, sufren desarreglos menstruales y presentan los síntomas de la cloroanemia: son estudiantes de bachillerato superior, que han de hacer esfuerzos superiores a su capacidad física e intelectual para seguir con provecho los estudios y llegan a finales de curso agotadas.

Si terminado el bachillerato, la muchacha se decide o la obligan sus padres a seguir una carrera superior, es muy posible que aquellos trastornos aumenten y la salud física de la joven quede comprometida durante mucho tiempo.

Yo no sé a qué será debido, pero he de consignar un hecho que no se me podrá negar: y es el de que la proporción de mujeres con título universitario que no se casa es muy superior al de las que lo hacen sin poseer título académico.

Federico Corominas, Presidente de la Real Academia de Medicina de Barcelona, 1.955



Y esto es una ilustración de los libros de texto de la época para que las niñas aprendiera a ser "futuras madres hacendosas".



Dedicado a todas las mujeres que leen y hacen este blog (que son mayoría). Si algo bueno hay en estos escritos digitales es sólo gracias a ellas.

9 comentarios:

Agata dijo...

Muchas gracias por tu dedicatoria.Buen post y muy bien trabajado.Después de leerlo aún tengo los vellos de punta de la sarta de tonterías que decían los hombres y que teníamos que hacer las mujeres no hace mucho tiempo.Mentes masculinas como esas existen todavía,afortunadamente son muchos menos.

CriS dijo...

Hola. Gracias por la parte que me toca y lo mismo digo, muy buen post, muy currado que se suele decir. En cuanto al contenido... puf.... no sabría por donde empezar, lo primero que he pensado es: "hay que ver...."

sr. calavera dijo...

los tiempos cambian... o deberían.
lo que no tenían nates son habitaciones-piscina, o igual sí. La habitación piscina consiste en tener una habitación, que fuera se ponga a llover, y al poco rato el agua empiece a gotear desde el techo, y cuando lleva varios días lloviendo (algo habitual en compostela) el agua no gotea sino que cae a chorros y en el suelo de la habitación hay unos cms de agua... y así durante un par de meses.

Alfonso Saborido dijo...

Estupendo post, y lo peor, es que esto no es que haya pasado, sino que dejó su germen sembrado. Yo que hablo mucho con mujeres de 60 años para arriba, que no tuvieron acceso a estudios, todavía me encuentro con casos que no piensan muy lejos de lo que aquí se escribe. No es esto algo tan lejano en la historia, por desgracia.

Anónimo dijo...

No sé hasta qué punto todo ha cambiado... solo basta ir a las jugueterías y ver tablas de planchar, cocinitas,bebes.....etc etc... el rol de la mujer subestimado, sigue siendo asi en muchos lugares, no salimos del Tupper, como dijo yo.
Gracias Satie por lo que me toca, y gracias por publicar parte de la historia que no debe ser olvidada. Mientras se mantenga en la memoria, podremos cambiar esa historia. salud!

Nacho Rodríguez dijo...

Gracias a todos y todas por ser como sois.

Retazos de Glamour dijo...

Buenísimo post....
Pero que triste a la vez ....
Querían criadas tontas y sumisas....
Dios! menos mal que las mentes y los tiempos cambian.
Un beso!
Marta

Mararía dijo...

Estoy consternada. Menos mal que vivo en estos tiempos sino estaría en la cárcel.

Un saludo.

Andrea Martínez Maugard dijo...

Jjajaa la obsesión con la pulcricidad en todo ámbito y la limitación femenina es un punto que me ha hecho bastante gracia... Después de muchooss años es posible que a uno le suene divertido, claro que en esa época era algo bastante opresivo.
Saluditos de Aretha para Uds.!